La gestión de Juan Carlos Rodríguez ha llegado a su fin. Este viernes, el Comisionado Presidente de la Federación Mexicana de Futbol presentó su renuncia al Consejo de Dueños que se reunió en Toluca, una noticia que vuelve a cimbrar la estructura del futbol mexicano que no acaba de encontrar un rumbo claro desde hace dos años.
Rodríguez llegó a la FMF el 22 de mayo de 2023, cuando Yon de Luisa dejó la presidencia de la Federación y se configuró una nueva estructura operativa y directiva, en la que él pasó a ser la máxima figura precisamente con el puesto de Comisionado que no había existido nunca en el futbol mexicano.
Decisiones tajantes
La Bomba Rodríguez llegó con un mensaje claro de transformar el futbol mexicano, señaló que tenía independencia para actuar y la primera decisión que tomó fue el cese de Diego Cocca tras el fracaso de la Selección Mexicana en Nations League. Entonces nombró interino a Jaime Lozano y la conquista de la Copa Oro marcaron una pausa en la crisis; aunque después empezó a desmarcarse de decisiones deportivas porque su perfil y su cargó, según sus propias palabras, estaba más enfocado a generar una estructura y una industria más redituable. “Como Comisionado yo estoy en el negocio de generar estructuras, instituciones, procesos a largo plazo”, decía.
En su cabeza ya habitaba la idea de darle un giro al futbol mexicano, fue cuando hace un año, en diciembre de 2023, planteó la idea de que el balompié nacional pasara a estar gestionado por un Fondo de Inversión, una idea que cambiaría todo el manejo económico, deportivo y administrativo de todos los clubes, algo que no cuadró a todos los dueños, porque cada uno tiene sus respectivos intereses, una idea que podía beneficiar a unos y perjudicar a otros. Las trabas empezaron a aparecer en el camino de Juan Carlos Rodríguez.
Encima, los resultados que entregaba la Selección Mexicana no eran los mejores. Se volvió a fracasar con Jaime Lozano en la Nations League y de cara a la Copa América se tomó la decisión de llevar a cabo un recambio generacional, se desperdició un gran torneo para experimentar. Incluso tuvo sus momentos de polémicas, cuando en la presentación del balón para este torneo, le cuestionaron por el futuro de Jaime Lozano y soltó un “déjalo que se corra él”.
El fracaso en el torneo continental fue otro golpe para la gestión de Juan Carlos Rodríguez, porque el modelo deportivo no funcionaba y el negocio no estaba fluyendo como se esperaba. Jaime Lozano se fue cuando desde la FMF se había sostenido que el Jimmy llegaría al Mundial de 2026 sí o sí.
Inestabilidad
La gestión de Rodríguez no avanzaba, y hay que tener en cuenta que en medio de su gestión género mucha inestabilidad a otros niveles como fue en el plano de la comunicación organizacional, los mensajes que se mandaron desde la FMF, sobre todo con el manejo de la Selección Mexicana fueron cuestionados en diversas mesas.
El vacío en el banquillo del conjunto tricolor lo cubrió trayendo a Javier Aguirre, un movimiento que también fue cuestionado porque no era algo novedoso, aunque se terminó aceptando, ya había mucho rumoreo de lo que realmente puede hacer México en el Mundial de 2026, porque el proyecto no levanta optimismo.
En los últimos meses, la idea del Fondo de Inversión no alcanzó, es más, lejos de generar consenso, la respuesta que fue obteniendo Juan Carlos Rodríguez fue de mucha división. La idea que tenía en su mente de llevar a otro plano al futbol mexicano, esa visión que tenía contrastaba no solo con uno sino con varios dueños que no estaban en consonancia.
Al final, casi 17 meses después de su arribo a la Federación Mexicana de Futbol, Juan Carlos Rodríguez se ha marchado con más fracasos que éxitos. Sí, el futbol mexicano sigue en una crisis severa, estructural y deportiva.
CIG