Cinco ídolos de la Liga MX que se fueron con el enemigo

Los cambios de jugadores que parece han jurado lealtad a un club y después se mudan a otro bando que deportivamente es antagonista se revive con el fichaje de Jonathan Rodríguez con el América

Ídolos de la Liga MX que se fueron con el enemigo (Mexsport)
Higinio Robles
Ciudad de México /

El 30 de mayo de 2021 quedará en la mente de todos los aficionados de Cruz Azul, ese día, La Máquina acabó con una sequía de 23 años sin ganar un título de Liga y lo hicieron gracias a un gol de Jonathan Rodríguez, el delantero uruguayo que se ganó la etiqueta de ídolo en el conjunto celeste por ser el héroe de la novena.

El Cabecita fue un jugador querido y ovacionado en La Noria, un tipo que tuvo sus más y sus menos, pero que a punta de goles se ganó el corazón de la afición. Lo consideraban uno de los suyos y un punto de referencia por ese gol que enjugó todas las lágrimas y echó al olvido todas las jornadas de frustración. Después de esa noche, muchos le juraron amor eterno y cuando se fue a Arabia jamás se imaginaron que si un día volvía a México no lo hiciera con la playera de Cruz Azul, pero no fue así, volverá a México y lo hará con la playera del América, un antagonista de los celestes por naturaleza. Un movimiento que ha dolido a la parroquia cruzazulina que se siente traicionada, engañada y ahora quema las imágenes de ese santo uruguayo.

Cinco rompimientos de corazón

El caso de Jonathan no es nuevo, en el futbol mexicano ya ha habido otros casos que han generado que los aficionados del nuevo equipo inflen el pecho y los del viejo muestren su repudio al antiguo ídolo.

Ramón Ramírez. Fue uno de los traspasos que rompió el corazón de los aficionados de Chivas, el mediocampista había sido pieza clave para la obtención del título del Verano 1997, aunque nació en Santos, con la playera del conjunto tapatío se hizo ídolo. Sin embargo, a inicios de 1999, el entonces presidente de Chivas, Salvador Martínez Garza lo vendió al América, donde Ramón pasó sin pena ni gloria, nunca pudo adaptarse al cuadro de Coapa y solo aguantó un año para después volver a Chivas, pero ese año de 1999 se rompió el idilio con el que lo veían en Guadalajara.

Braulio Luna. Fue un volante surgido de Pumas que destacaba por su conducción de pelota, era el pulmón del equipo universitario y uno de los jugadores más queridos por la afición de Universidad Nacional. Braulio fue al Mundial de Francia y cuando regresó se juntó con el entonces presidente de los universitarios, Javier Jiménez Espriu había negociado con las Águilas su fichaje por los de Coapa en lo oscurito, pues cuando se juntaron en un restaurante, Luna dijo que quería seguir en Pumas, pero la respuesta del directivo fue que ya estaba vendido a las Águilas. A Braulio se le vio como traidor, porque él antes había comentado, off de récord, que era aficionado de América, pero siempre que defendió al club auriazul como profesional, pero en CU no le perdonaron esa filtración.

Luis García. El llamado Niño de oro, nació futbolísticamente en Pumas, donde fue campeón de goleo y campeón de Liga, fue un futbolista que estaba llamado a ser un punto de referencia en el club, pero entonces vino un llamado de Europa, algo que hizo que la afición universitaria parara pecho, porque seguían siendo uno de los mejores clubes exportadores. Tras jugar en el Atlético de Madrid y Real Sociedad, volvió a México, pero no lo hizo con Pumas, sino que fichó por el América, un detalle que los seguidores universitarios no tomaron a bien porque ya esa rivalidad tenía tintes históricos. García Postigo militó un par de años en América, pero en CU no era bien visto por no recalar en el cuadro de sus orígenes.

Oribe Peralta. Fue un jugador que parecía una especie de trotamundos, porque la consolidación le llegó tarde. Llegó al América en el 2014 y en su primer torneo fue campeón, poco a poco se ganó el cariño de los aficionados que con el paso del tiempo, de sus goles en clásicos y de los títulos logrados, coreaban su nombre, incluso fue capitán de las Águilas y uno de los jugadores más reconocidos por los seguidores azulcremas que lo vieron marcharse a Chivas a mediados de 2019, un movimiento que ambas aficiones cuestionaron, en América quizá un poco menos porque sus mejores días ya había pasado, fue en Chivas donde hubo más quejas porque consideraban que América les había visto la cara con un jugador que estaba más cerca del retiro, y más cuando su participación fue cada vez menos trascendente.

Enrique Borja. Con el paso de los años se fue convirtiendo en un relato histórico y fue uno de los puntos que marcó una rivalidad. Borja era un ídolo de Universidad. Fue el 27 de marzo de 1969 cuando se consumó su traspaso al América. Generando polémica, pues la directiva de Pumas dijo que fue porque pretendía un aumento de sueldo, el delantero lo desmintió y dijo que no quería irse de Universidad y hasta buscó hablar con el rector de la UNAM, pero no tuvo eco. Al final, acabó aceptando su salida y en América fue un jugador que se convirtió en ídolo, al punto de que es más recordado por sus años de gloria con el cuadro de Coapa.

FCM

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