La explosión de Rodrigo Aguirre y Ángel Sepúlveda previo al Clásico Joven de la liguilla

El Búfalo y el Cuate han despertado en el ataque de América y Cruz Azul y buscarán guiar a su equipo a la Final

La explosión de Rodrigo Aguirre y Ángel Sepúlveda previo al Clásico Joven de la liguilla (Imago7)
Ciudad de México /

Dicen que en las Liguillas emergen héroes inesperados, futbolistas que en el escenario más exigente muestran su personalidad, tipos que no gozaban de reflectores y que terminan adquiriendo un brillo excepcional. Eso fue lo que le pasó a Rodrigo Aguirre y Ángel Sepúlveda, delanteros de América y Cruz Azul, respectivamente, quienes levantaron la pasión de su afición en los cuartos de final y amenazan con tener protagonismo en las semifinales.

Cada uno hizo su papel, cada uno hizo su tarea, cada uno se fue a la cama con el arropo y el cariño de su afición, cada uno logró hacer que miles de almas vibraran. Ninguno tiene idea de a cuántas personas hicieron felices, cuántas lágrimas provocaron, cuánto júbilo generaron, vaya que lo hicieron, porque a los aficionados de América y Cruz Azul se les aceleraron las pulsaciones, su corazón vibró con sus goles.

El Búfalo embiste

El primero en tomar protagonismo en la Liguilla fue Rodrigo Aguirre, el charrúa ha recuperado la chispa competitiva en Coapa, la misma que llegó a perder en Rayados de Monterrey, en cuanto pisó el Nido su realidad cambió, en su primer juego (contra Juárez) marcó un gol con su sello puro: potencia y tiro cruzado para darle a las Águilas tres puntos.

A lo largo del semestre Aguirre se puso el chandal de trabajo, asumió ser actor secundario, porque ya se sabe que Henry es el delantero estelar, y no es para menos, la Bomba se lo ha ganado y se lo ha trabajado. Rodrigo no alzó la voz, está feliz en el club y todos lo han valorado, sentirse querido es algo que le hacía falta.

Rodrigo Aguirre celebra gol contra Toluca en los cuartos de final de Liga MX (Imago7)

Cuatro goles en la fase regular, pero sobre todo su buena asociación, son factores que no pasaron desapercibidos para Marcelo Bielsa, el Loco lo convocó por primera vez a la selección mayor de Uruguay, en la que debutó con un gol. Un envión anímico que trasladó al Play-In, participó en el primer gol de las Águilas en la frontera y cobró de buena manera el quinto penal.

Pero fue en cuartos de final donde mostró su valía, en el juego de ida contra Toluca, ejerció de titular, ocupó el sitio de Henry, el capitán había caído lesionado y se necesitaba alguien que metiera miedo a los Diablos y Rodrigo lo hizo, coqueteó con el gol un par de ocasiones hasta que en el 67’ remató con la cabeza un centro de Brian. Y el júbilo llegó al 82’, cuando marcó un doblete con otro gol de ‘9’ puro. Medio boleto para la semifinal porque esos goles le dieron margen de maniobra para la vuelta a los de Jardine.

Ángel extiende sus alas

Mientras, Ángel Sepúlveda llegó a Cruz Azul de manera circunstancial, por la lesión del Toro Fernández, fue haciendo su tarea, pero no le alcanzó para llevar a La Máquina a la fiesta grande. Con la llegada de Martín Anselmi explotó sus condiciones, más asociativas que definitorias, porque el torneo anterior solo marcó dos goles, entró en un periodo de sequía de esos que suelen vivir los delanteros.

Sin embargo, su fe inquebrantable lo llevaron a explotar en el Apertura 2024, este semestre vivió su mejor fase goleadora, 9 anotaciones en la fase regular que lo llevaron a ser el delantero mexicano más productivo en la tabla de goleo. En todos los clubes con los que había tenido un pasaje había encontrado esa cuota de eficacia, una que tampoco pasó desapercibida para Javier Aguirre, quien lo regresó a la Selección Mexicana después de ocho años de estar ausente en el Tricolor.

Ángel Sepúlveda marcó en la victoria de Cruz Azul sobre Santos en el Apertura 2024 (Imago7)

Este semestre, la directiva contrató al griego Giorgios Giakoumakis como estrella para el ataque, pero Sepu no se achicó, el michoacano sacó su espíritu combativo y cuajó su mejor torneo. El sábado, cuando el pueblo celeste necesitaba un jugador al cual aferrarse, Ángel ondeó la bandera de la ilusión cruzazulina, dio la asistencia para el gol de Giorgios… y al minuto 74 controló la pelota, tuvo sangre fría, instinto de goleador y marcó el gol de una remontada histórica.

Sí, Rodrigo Aguirre y Ángel Sepúlveda son ese tipo de héroes inesperados.




MGC

  • Higinio Robles León
  • higinio.robles@milenio.com
  • Reportero de La Afición desde 2004. Especialista en futbol. Egresado de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación FCPyS UNAM

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