A pesar de los esfuerzos de la Liga Mx y la Federación Mexicana de Futbol, el grito homofóbico persiste en las gradas de los estadios. El sábado 9 de julio fue una prueba de que aún queda mucho por trabajar.
Primero en el Estadio Akron, en el partido de las 7 de la noche en el que Chivas cayó por la mínima ante Atlético San Luis. Algunos miembros de la afición del Club Guadalajara no se lo tomaron bien y entonaron el grito homofóbico cada vez que el portero Marcelo Barovero despejaba.
Fue por eso mismo que el árbitro Oscar Mejía detuvo el partido al minuto 89, mientras que el sonido local hizo la petición de mostrar respeto y abstenerse de seguir con los gritos. Pero al final, las autoridades intervinieron y retiraron a 16 personas del Estadio Akron: siete de ellas por entonar el grito y nueve más por alterar el orden.
Para el partido de las 9 de la noche entre Cruz Azul y Pachuca que se tuvieron acciones similares dos veces, con la particularidad de que el silbante central Víctor Cáceres no aplicó el protocolo en ningún momento. Los dos se dieron mientras La Máquina perdía 0-2 (el marcador final fue 1-2), el segundo se escuchó con más fuerza en el Estadio Azteca.
Fue el domingo cuando la Liga Mx reveló que desalojaron a 24 personas como parte del protocolo Cero Tolerancia. A seis personas se les señaló por incitar el grito discriminatorio en el estadio, mientras que 18 fueron retiradas por alterar el orden en el Coloso de Santa Úrsula.
“La LIGA BBVA MX llama a la afición a evitar todo tipo de acto discriminatorio para que nuestros estadios sean lugares en que predominen el orden, el respeto y la inclusión”, advirtieron en su comunicado.
Como parte del protocolo, se tiene contemplado que los que hagan el polémico grito pueden ser vetados por hasta cinco años de cualquier estadio.
OMCS