Pumas está en semifinales, el equipo de Antonio Mohamed exhibió su mejor versión, recuperó la memoria de las tardes grandes en CU y mostró su grandeza, se llevó por delante a Chivas que nunca pudo con las revoluciones de los universitarios. El 3-0 fue contundente. En la ida Guadalajara perdonó a Universidad y lo pagó caro, porque los auriazules no tuvieron piedad en la vuelta y les dieron una lección de contundencia.
Mohamed movió su alineación, le dio entrada a Ergas buscando más frescura y velocidad por las bandas y mandó al banco a Del Prete. Mientras Chivas no movió nada, le había salido todo bien en el juego de ida que Veljko no tocó nada.
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Sí, la actitud de Pumas fue diferente, completamente opuesta a lo del jueves, ahora sí se vio un equipo que estaba jugando la liguilla, uno que apeló a su orgullo y mística, salió a cambiar su imagen y si en la ida fue pasivo, en la vuelta fue reactivo, una escuadra con un instinto agresivo.
La entrada de Ergas le dio frutos a Mohamed, el uruguayo dio un paso al frente, asumió el compromiso de aparecer en el once, le dio vértigo y desequilibrio a los universitarios, justo lo que no habían tenido en la ida.
De los pies de Robert salió un centro al corazón del área, ahí se estiro Huerta y el Pollo Briseño se lanzó de palomita, entre uno y otro mandaron la pelota al fondo. A los 13 minutos Universidad le daba la vuelta, lo que no fue capaz de hacer en Guadalajara lo estaba haciendo en casa.
Chivas no se encontraba, no se imaginaba que Pumas pudiera mutar tanto en unos días, el Rebaño estaba rebasado, no le tomaban el pulso al partido y Universidad no le concedió tregua.
Era el momento de los Universitarios, el anímico y el futbolístico, Ergas rompía el molde, el charrúa controló una pelota en el área y Mozo lo trabó. Penal claro. Huerta tomó la pelota, el Chino, que celebraba su cumpleaños quería un festejo redondo, aunque había ese fantasma de los que falló con la selección, ahora se dejó de brincos, tuvo un lanzamiento sobrio y venció a Jiménez. Al 16’, Pumas ponía contra las cuerdas al Rebaño.
Quedaba un mundo de juego, pero la reacción de Chivas no llegó, el cuadro de Paunovic no lograba engancharse al partido. El bloque defensivo de Universidad era sólido, todos apretaban, todos mordían, todos negaban a los tapatíos.
Chivas intentó reaccionar, pero sus pasos al frente fueron estériles, los rojiblancos no se imaginaban un escenario semejante, ahora tenían que ir en busca de dos goles y eso era dejar espacios. Universidad mantuvo la calma, templo el partido, no sufrió en defensa y seguía esperando un hueco, la necesidad había cambiado de camisa.
Paunovic intentó agitar a su equipo con el ingreso de Vega por Brizuela. Mohamed mantuvo la misma estructura del equipo. Chivas cambió de actitud, le urgía meterse al partido, Alexis le dio otra dinámica, le avisaba a Universidad que debía mantener la tensión.
Era un momento clave para Pumas, porque tenía que aguantar el arrebato tapatío, nadie en Universidad bajaba los decibeles. Y los universitarios encontraron el contragolpe que buscaban para sentenciar la serie.
Salvio arrancó desde campo propio, se fue por la banda, tuvo la fortuna y tras un rebote se fue de dos rivales, después tocó para Fernández y el Toro sacó un riflazo con la izquierda que venció a Jiménez. Pumas se anotaba para las semifinales.
Paunovic mandó todo lo que le quedaba en la banca, incluido Macías, pero su equipo ya estaba desmoralizado anímica y futbolísticamente. Universidad impidió cualquier atisbo de reacción rojiblanca, en el momento de la verdad apareció la garra universitaria, esa que es capaz de ilusionar a toda su comunidad. Pumas está en semifinales con todo merecimiento, Chivas se va de vacaciones.
ZZM