Por fin, Pumas se sacudió la malaria, al décimo juego vio la luz, por fin su afición puede irse a la cama con una sonrisa, da lo mismo si fue con un gran juego o no, los puntos acabaron en su poder y eso es lo que cuenta y alimenta la esperanza de alcanzar el repechaje. El triunfo 4-1 sobre Querétaro les da licencia para soñar.
Consciente de la necesidad que tenía por lograr una victoria, Universidad salió acelerado, apenas a los dos minutos Del Prete se perdió una clara porque Aguerre salió presto al encuentro y evitó el primero de los universitarios.
Pumas controló el partido solo unos minutos, la gasolina le duró poco y Querétaro no tardó en meterse al encuentro que se fue haciendo ríspido y peleado en medio campo. La tuvieron los Gallos en un cabezazo de Sepúlveda que Julio González repelió.
Apretaron los Universitarios, pero no prosperaba ninguna de sus acciones, se les notaba ansiosos y desesperados por encontrar ese gol que les diera esperanza. Huerta lo acarició en una internada de Del Prete por izquierda, pero la bola pegó en el larguero.
Sin embargo, el mismo Huerta tuvo la llave, el Chino peleó una bola, la ganó y la tocó para Salvio, el Toto le pegó un fierrazo con derecha y doblegó a Aguerre al 25’. Pumas daba síntomas de vida.
Al juego no le pasaba nada, se había trabado en el centro del campo. Y fue cerca el final cuando un descuido de la retaguardia universitaria le permitió a Sepúlveda empatar el marcador con un cabezazo sólido. Vuelta a empezar para Pumas.
El duelo tomó otra velocidad en el complemento, pero los dos tenían muchas imprecisiones. Lillini mandó a Dinenno para tener más peso en ataque, el Comandante marcó el segundo, pero hubo minutos de nervio porque el abanderado marcó fuera de juego, pero el VAR le devolvió la felicidad al argentino.
Y esa alegría que tanto se añoraba en CU fue total cuando Alves se mandó una jugada de antaño, el brasileño se deshizo de su marcador y colgó un centro lleno de veneno, como lo hacía en sus mejores días, Dinenno lo cabeceó y puso el 3-1 que noqueaba a los Gallos. Y para evitar cualquier duda, Ruvalcaba cerró una noche hacía muchos meses no se vivía en Ciudad Universitaria.
Pumas ya ganó, ahora, habrá que ver si este es el empujón que necesitaba el club para desprenderse de todos los fantasmas y el estrés que le rodeaban.
AGB