Pumas parecía encontrar una tregua en la crisis, parecía que se sacudía el papel de víctima pero se quedó a nada de lograrlo, acarició el triunfo con Tigres, pero le faltaron unos segundos para lograrlo. Al final el empate a un ante los felinos pone un freno a la crisis, pero no el que se esperaba. Habrá un poco de calma, pero queda claro que apostar a la supervivencia defensiva alcanza a medias.
El plan de Pumas fue claro desde el inicio, quería cortar de tajo la sangría que presenta en zona defensiva, la goleada del domingo pasado llevó a Lillini a optar por la línea de cinco, más cuando enfrente estaba uno de los rivales que más dolores les ha propinado en los últimos tiempos.
Así que Universidad volvió a las bases, Andrés construyó el equipo desde la retaguardia, incluso la hizo más fuerte pues puso al ecuatoriano José Caicedo por delante de la línea de sus tres defensores, no quería ningún hueco para Gignac y compañía.
A partir de ahí el esfuerzo en defensa era máximo, quería tensión total, que la pelota estuviera lo más lejos posible de Gil Alcalá, ya se vería después que se podía conquistar en ataque. Con ese panorama, Tigres tuvo la pelota, pero no logró encontrar un hueco y como Universidad replegaba en demasía, lo obligaba a dividir la pelota constantemente.
Se acercaron los regios en algunas ocasiones, pero no fueron capaces de llegar con cierta claridad y cuando lo hicieron se toparon con Alcalá en un par de ocasiones y en otras tantas con alguna pierna de los muchos defensores universitarios que se multiplicaban en defensa.
A ratos era un monólogo de Tigres, porque el plan de Pumas pasaba por sobrevivir, su presencia ofensiva era nula y en algunos chispazos que llegó a tener les faltó confianza y lucidez.
Sin mayores emociones se diluyó el primer tiempo. Pumas estaba vivo en el juego. Y el inicio del complemento le propinó una descarga eléctrica a Tigres. Dinenno controló la pelota en el área, se hizo el espacio y chutó a palo contrario, el balón dio en el poste y después tocó las redes. Universidad liberaba tensión, pero ahora venía la fase de sufrimiento, porque Tigres se iba a lanzar con todo al frente.
Examen de resistencia para Universidad que se perdió el segundo en una pelota que Dinenno echó por un costado, cuando le había quedado a placer.
Pumas no se salió de su plan, mantuvo la tensión en defensa, cerró cualquier espacio, se dejó los pulmones en el campo, pero no fue suficiente porque en la compensación Gignac empató con un cabezazo que ahogó la añorada victoria. Ahora, a pensar en Chivas.
MGC