Tenía que ganar y lo hizo de la mano del Piojo Alvarado. Chivas está en los cuartos de final del torneo, tras vencer al Atlas 0-1 en el Clásico Tapatío y amarrar su boleto a la fiesta grande de manera directa.
Atlas comenzó fuerte, apenas un minuto y ya se habían acercado a la portería del Tala Rangel, que en el guardameta en medio de rebotes tuvo que recostar para quedarse con ella y calmar la adrenalina.
El juego no decepcionó, así son los Clásicos Tapatíos, no importa el momento de uno y otro, imponen, se juegan a muerte y se tiene el orgullo de la ciudad de por medio, que en este caso fue ganado por el Rebaño.
Los Rojinegros propusieron un duelo más físico, con presión alta cuando fue necesaria y replegados cuando el Rebaño tuvo el balón en sus pies.
En el 15’ un nuevo aviso de los atlistas con un Murillo sirviendo el balón en el área para Raymundo Fulgencio, pero el disparo del futbolista se fue apenas por un lado engañando con el efecto óptico a los aficionados que vieron cerca el primer festejo del encuentro.
A partir de ese momento el Guadalajara se hizo dueño del balón y del partido, Camilo Vargas tuvo que intervenir en el 21’ a una media vuelta de Ricardo Marín con un manotazo, aunque la jugada ya había sido invalidada por fuera de lugar.
Pavel Pérez fue el siguiente en avisar con un disparo que se fue apenas por arriba de la portería de Vargas. Lo mejor que le pasó a los Zorros en ese momento es que llegara el descanso en el partido.
Con un juego tan apretado, tuvo que aparecer el genio para frotar la lámpara, Roberto Alvarado, el diferente y que ha cargado con Chivas en la temporada sacó la magia de la pierna zurda.
Un cambio de juego y un error de Rivaldo Lozano le permitieron al Piojo controlar el esférico, perfilarse y poner el balón a segundo poste, inalcanzable para Camilo Vargas y una explosión para la gente del Rebaño. En el 74’ y con justicia, el Rebaño ya lo ganaba.
Beñat nunca encontró la forma en los cambios, el equipo se quedó en lo físico y Chivas pudo manejar los tiempos. Apenas algunos balones al área sobre el final con poco peligro. Fueron los últimos minutos rojinegros en el torneo y la confirmación del Rebaño en la liguilla.