La selección mexicana jugó su segundo partido en casa en el octagonal de la Concacaf, y esta vez, a diferencia del duelo pasado ante Canadá, no hubo grito homofóbico. El público se comportó a la altura en el Estadio Azteca frente a Honduras, con cánticos como el “cielito lindo” o el “¡México, México!”.
Incluso, los seguidores se mostraron bastante efusivos durante el encuentro y en varias ocasiones hicieron la tradicional “ola”. Durante todo el encuentro, el sonido local recordó que todo aquel que lanzara el grito discriminatorio sería sacado del inmueble.
Eso sí, también aquellos que perturbaron el orden fueron retirados, como unos seguidores que estaban discutiendo en la tribuna y que de inmediato fueron localizados por elementos de seguridad y los sacaron del estadio.
Lamentablemente, el jueves pasado ante el combinado de la hoja de maple, el grito que tanto ha prohibido la FIFA se escuchó en el minuto 58 y al finalizar el encuentro. En el primero, el árbitro detuvo por algunos instantes el partido como dicta el protocolo, luego reanudó las acciones.
Ahora, frente a Honduras, la historia fue diferente, los aficionados alentaron con otros recursos, y manifestaron su descontento con el poco espectáculo que se dio en algunos pasajes del segundo tiempo con chiflidos, pero hasta ahí.
Y es que, incluso, el sonido local puso el grito de “¡México!” al ver que los aficionados se desesperaban, y así, evitar que se escuchara alguna otra frase. Aunque al final del duelo, hubo uno que otro que lo intentó, pero su grito no tuvo eco en el resto de los presentes.