El cambio generacional de la selección mexicana quedó exhibido. La derrota frente a Qatar, en la última jornada de la fase de grupos de la Copa Oro, pone en la mira la difícil transición que experimenta el conjunto tricolor en esta etapa con Jaime Lozano, en un interinato que debe dejar una nueva base para el próximo estratega o para el mismo Jimmy si se mantiene en el cargo.
En este torneo, cuya convocatoria fue confeccionada aún por Diego Cocca antes de ser cesado, uno de los objetivos primordiales es darle paso a un nuevo grupo de jugadores que empiecen a ser la estructura de cara la Copa del Mundo de 2026 que se disputará en el país. Sin embargo, el domingo que Jaime probó con una plantilla con poco rodaje en selección mayor, el resultado fue catastrófico, pues Qatar –con todo y sus limitaciones– aprovechó la única opción de gol que tuvo y luego supo cerrarle los espacios a un conjunto mexicano que se vio sin variantes.
En los dos partidos anteriores había apostado por un conjunto más experimentado, que supo sobrellevar las acciones e imponerse de manera clara.
Tres años más joven
En la Copa del Mundo de Qatar 2022, la selección mexicana fue la segunda más veterana del torneo con un promedio de edad de 28.5 años, en la que Alfredo Talavera con 40 años, Guillermo Ochoa con 37, Andrés Guardado con 36 y Héctor Moreno con 35 fueron los elementos más veteranos de esa plantilla; en cambio, Johan Vásquez, Gerardo Arteaga, Kevin Álvarez y Roberto Alvarado eran los más jóvenes con 24 años.
En ese plante, hubo hasta 10 jugadores que rebasaban los 30 años, cinco por encima de los 35, de ahí que el promedio de edad estuviera tan elevado.
Ahora, en la Copa Oro, el promedio de edad del conjunto mexicano bajó de golpe a 25.5 años, y en esta plantilla de 23 futbolistas –en la que repiten 14 elementos que fueron a Qatar– el jugador con mayor veteranía es Guillermo Ochoa con 37 años, seguido por Antonio Rodríguez con 31 y Henry Martín con 30, ellos tres son los únicos que pasan de las tres décadas; mientras que los elementos más jóvenes son Julián Araujo y Víctor Guzmán con 21 años; ellos dos, así como otros once jugadores más, tienen menos de 25 años. Y es ahí donde se centra este cambio generacional.
La inexperiencia sale cara
Sin embargo, este rejuvenecimiento de golpe en la plantilla del Tricolor ha traído consigo la inexperiencia de varios jugadores. Jaime Lozano lo sabía muy bien y por eso en los dos primeros compromisos de esta Copa Oro apostó por un equipo con rodaje mundialista para tener mayores garantías.
Frente a las selecciones de Honduras y Haití, 10 de los 11 jugadores que saltaron a la cancha como titulares estuvieron en la pasada Copa del Mundo: Guillermo Ochoa, Jorge Sánchez, Edson Álvarez, Johan Vásquez, Jesús Gallardo, Luis Chávez, Uriel Antuna, Luis Romo, Henry Martín y Orbelín Pineda. El único elemento que no estuvo en Qatar y que formó parte de este once titular fue Érick Sánchez. Entre todos estos elementos acumulaban 548 partidos con la selección mayor.
Pero para el último duelo de la fase de grupos, Jaime experimentó con un conjunto más inexperto en el que seis de los 11 jugadores que comenzaron en la alineación titular no rebasaban los 20 juegos con el representativo absoluto; tal fue el caso de Ozziel Herrera que apenas contabiliza seis partidos, Julián Araujo con siete, Israel Reyes con 10, Santiago Giménez con 13, y Gerardo Arteaga y Luis Chávez con 19. Entre los 11 futbolistas apenas llegaban a los 374 juegos con el Tricolor.
Como dato, en la pasada Copa del Mundo la plantilla de 26 elementos que llevó Gerardo Martino acumulaba mil 317 juegos en el conjunto mayor; ahora, en esta Copa Oro, entre los 23 futbolistas apenas registran 729 juegos. Sí, este Tricolor es más joven, pero eso lo convierte al mismo tiempo en inexperto y la muestra quedó clara frente a Qatar.
FCM