En Nicaragua, donde las fuerzas gubernamentales tomaron el control de la ciudad rebelde de Masaya, se cumplen hoy exactamente tres meses de un movimiento de protesta antigubernamental duramente reprimido, que ha dejado más de 280 muertos.
Los manifestantes iniciaron sus protestas en abril, en rechazo a una reforma de las pensiones, que días más tarde fue revocada por el presidente Daniel Ortega, a quien exigen su salida del gobierno. Este ex líder de la revolución sandinista había estado en el poder entre 1979 y 1990, antes de su regreso en 2007.
Resumen del conflicto
Reclamo de la salida de Ortega
La marcha atrás en la reforma no calma la ira, y el 23 de abril decenas de miles de personas, entre ellas empleados, estudiantes, campesinos y empresarios, se manifiestan en Managua para denunciar la represión.
La ONU llama a Nicaragua a que "inicie investigaciones independientes y transparentes" sobre las víctimas, lamentando posibles "ejecuciones ilegales".
Diálogo tenso
El 12 de mayo, cuando la movilización se intensifica, el ejército dice que "no reprimirá" las manifestaciones. Un diálogo tenso se abre el 16 de ese mes entre el presidente y la oposición con el respaldo de la Iglesia católica, pero se suspende tras una semana, por la falta de acuerdo sobre la democratización del régimen.
El día 28, las partes acuerdan reanudar las conversaciones.
Amnistía Internacional denuncia el uso de grupos paramilitares para reprimir a los manifestantes.
Elecciones anticipadas
El 30 de mayo, la comunidad empresarial también toma distancia de Ortega, que asegura que permanecerá en el cargo pese a las protestas.
Después de la muerte de 16 manifestantes durante una marcha el día de las madres en Managua, los obispos vuelven a suspender las negociaciones.
El 4 de junio, Rosario Murillo, primera dama y vicepresidenta, hace un llamado al diálogo, sin una propuesta concreta. Al día siguiente, la Organización de los Estados Americanos (OEA) condena la violencia, sin responsabilizar al régimen por la represión.
El día 7, la conferencia episcopal presenta un plan de democratización con anticipadas reformas presidenciales y constitucionales, demandas de los manifestantes.
Paro general
El 11 de junio, las fuerzas de seguridad intentan desmantelar las barricadas extendidas en el país, y la violencia se renueva.
El 14, el país se paraliza por una huelga general, durante un día también marcado por la violencia.
Al día siguiente, contra viento y marea, el gobierno y la oposición llegan a un acuerdo, permitiendo que observadores de derechos humanos ingresen en Nicaragua e investiguen la violencia. La oposición acepta un plan para eliminar los bloqueos.
- Te recomendamos Autoridades de Nicaragua han encarcelado, torturado y matado: ONU Latino América
Ataques a universidad y templo
Pero el 18 de junio, el diálogo vuelve a interrumpirse.
El 23, se renueva la represión, especialmente en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), donde se refugian docenas de estudiantes.
El día 30, miles de nicaragüenses marchan para exigir la renuncia del presidente. Sin embargo, Ortega descarta el 7 de julio un adelanto de las presidenciales, describiendo a los opositores como "golpistas".
El 13 de julio, el país se paraliza nuevamente por una huelga general, después de una marcha masiva el día anterior con el mismo objetivo: la salida de Ortega. Estudiantes de la UNAN son duramente reprimidos y se refugian en un templo cercano: dos jóvenes mueren tras 20 horas de asedio.
El 15 de julio fuerzas progubernamentales lanzan un operativo en Masaya y ciudades vecinas para levantar bloqueos de vías con saldo de 10 muertos.
En los días siguientes, la comunidad internacional insiste en que se detenga la represión.
Asalto a Masaya
El 17 de julio, las fuerzas antimotines y paramilitares lanzan un asalto (bautizado por la oposición "operación limpieza"), contra Masaya, la ciudad más rebelde del país. Al menos dos personas mueren.
Uno de los representantes de la oposición, el líder campesino Medardo Mairena, es acusado por la justicia de terrorismo y de intentar socavar el orden constitucional.
Después de violentos enfrentamientos, las fuerzas progubernamentales toman el control de Monimbó, un barrio rebelde de Masaya.
Otras claves...<br>
¿Quiénes son los paramilitares?Aparecieron en las calles a mediados de mayo y sus operaciones son a menudo apoyadas por la Policía y con la tolerancia del Ejército, (policías, ex militares y un sector de la base sandinista leal a Ortega).
¿Por qué no se ha podido solucionar el problema?
El gobierno insiste en que el reclamo es parte de un "complot terrorista" financiado desde el exterior y que busca la desestabilización del país mediante un "golpe de Estado suave", lo que lo ha llevado a responder con la fuerza de las armas.
¿Es esta rebelión diferente a la revolución de 1979?
La revolución de 1979 fue resultado de una insurrección armada dirigida por el Frente Sandinista de Ortega, entonces un movimiento guerrillero. Esta es una rebelión cívica inédita en América Latina, ya que los manifestantes no tienen una dirección política o militar y han resistido sin armamento.
¿Cómo transcurre la vida diaria en Nicaragua?
La población vive sometida a una extrema tensión. No se han encarecido los combustibles ni los alimentos básicos. Las universidades continúan cerradas. Los servicios públicos como agua y electricidad y los trámites en las entidades públicas funcionan con cierta normalidad. Ha sido notoria la afluencia de miles de personas en las oficinas de Migración para gestionar pasaportes y abandonar el país.
JOS