La defensa de Julian Assange, reclamado por Washington por la publicación de un gran volumen de documentos confidenciales, acusó ayer a Donald Trump de querer hacer del fundador de WikiLeaks un “ejemplo” en su “guerra contra los periodistas de investigación”.
Edward Fitzgerald, abogado del fundador de WikiLeaks, afirmó que la extradición expondría al australiano a un trato inhumano y degradante ante una sentencia desproporcionada, de 175 años, y las condiciones de prisión.
Además, fue más allá al argumentar que Assange no debe ser extraditado a Estados Unidos, ya que no obtendría un juicio justo y puede haber un riesgo de suicidio.
Diez años después de la difusión de 700 mil documentos confidenciales sobre actividades militares y diplomáticas estadunidenses, este lunes comenzó en un tribunal británico el estudio de la causa que puede durar varios meses.
El australiano, de 48 años, apareció tranquilo y atento, dispuesto a batirse contra lo que considera una persecución política.
En su primera intervención en la audiencia, Assange explicó que “tiene problemas para concentrarse (...) Este ruido no ayuda”, mientras que fuera de la sala de audiencia, varias decenas de manifestantes se reunieron en las puertas del tribunal para darle apoyo.
Frente al tribunal de Woolwich (sureste de Londres), su abogado denunció el procesamiento por “motivos políticos”, subrayando que el acuerdo británico-estadunidense prohíbe “expresamente” la extradición por “delitos políticos”.
Trump “llegó al poder con un nuevo enfoque de libertad de prensa (...) que vuelve de hecho a declarar la guerra a los periodistas de investigación”, aseguró.
Al margen de la audiencia, el ex juez español Baltasar Garzón, abogado coordinador del equipo de defensa de Assange, estimó que la “persecución política es evidente”.
Por su parte, el representante estadunidense, James Lewis, subrayó que el fundador de WikiLeaks “no está acusado de revelar información vergonzosa o molesta que el gobierno hubiera preferido no divulgar”.
Washington lo acusa, recordó Lewis, de haber puesto en peligro a algunas de sus fuentes al publicar en WikiLeaks en 2010, 250 mil cables diplomáticos y medio millón de documentos confidenciales sobre acciones del ejército estadunidense en Irak y Afganistán.
Julian Assange fue detenido en abril de 2019 en la embajada de Ecuador, donde estuvo refugiado casi siete años. Temía ser extraditado a EU o a Suecia, donde estaba acusado de violación y agresión sexual. El hacker siempre rechazó estas acusaciones, y la fiscalía sueca abandonó el caso finalmente.
En mayo, la justicia estadunidense agregó otros 17 cargos en virtud de la ley antiespionaje.
WikiLeaks publicó en 2016, en un momento clave de la campaña de las presidenciales de EU, miles de correos pirateados al Partido Demócrata y al equipo de la entonces candidata Hillary Clinton, que la debilitaron en la carrera por la Casa Blanca frente a Trump.
Solidaridad desde Ciudad de México
• La Coalición por la Vida y Libertad de Assange en México realizó ayer un mitin por su libertad. El contingente se congregó afuera de la embajada británica, donde acusaron a Londres de actuar a nombre de autoridades estadunidenses. El grupo marchó hacia la representación de EU y cerró un tramo de Paseo de la Reforma.