Al menos 43 agricultores fueron asesinados por Boko Haram, en el estado de Borno, al noreste de Nigeria, donde este sábado se celebraban las primeras elecciones locales desde el inicio de la insurrección yihadista en 2009.
"Hemos encontrado 43 cuerpos sin vida, todos degollados, y seis personas gravemente heridas", declaró Babakura Kolo, líder de un grupo de autodefensa. Ese balance fue confirmado por otro miliciano.
El ataque se produjo en un arrozal a menos de diez kilómetros de Maiduguri, la capital del estado de Borno. Ocho agricultores están desaparecidos y se cree que han sido secuestrados por los yihadistas, añadió la fuente.
"Es sin duda obra de Boko Haram que opera en la región y ataca con frecuencia a los agricultores", dijo Kolo, que ayudó a evacuar a las víctimas.
Los cadáveres de las víctimas fueron trasladados a la aldea de Zabarmari, a dos kilómetros del arrozal. Serán enterrados el domingo, dijo un residente local, Mala Bunu, que participó en las operaciones de ayuda.
"Sesenta trabajadores agrícolas han sido contratados para cosechar el arroz en este campo. Cuarenta y tres han muerto y otros seis han resultado heridos", confirmó otro miliciano, Ibrahim Liman.
En octubre, los combatientes de Boko Haram degollaron a 22 agricultores que trabajaban en los campos cerca de Maiduguri en dos ataques separados.
El ataque del sábado coincidió con las elecciones de los representantes y consejeros regionales de 27 circunscripciones del Estado de Borno. Estos comicios fueron aplazados en numerosas ocasiones desde 2008, cuando Boko Haram, y su facción rival, el grupo Estado Islámico en África del Oeste (Iswap), multiplicaron sus sangrientos ataques. Desde entonces controlan una parte del territorio.
Cada vez más estos ataques van dirigidos contra leñadores, ganaderos y pescadores. Los acusan de espiar y transmitir informaciones a los militares y milicias que luchan contra los yihadistas en la región.
Más de 36 mil personas han muerto en actos violentos desde el inicio del conflicto en 2009 en el noreste de Nigeria, donde más de dos millones de personas todavía no pueden regresar a sus hogares.
dmr