Eduardo Casado hace malabares para que su salario como albañil le permita llegar a fin de mes en Buenos Aires, Argentina, algo que no logra desde hace tiempo debido a una galopante inflación, que se prevé que aumente tras las medidas dispuestas por el presidente Javier Milei.
En un contexto de inflación anual del 160.9% y una pobreza del 40%, el gobierno anunció una devaluación del peso superior al 50%, recortes a subsidios al transporte y la energía en un intento por superar una grave crisis económica, mientras que proyecta un aumento de precios del 20 al 40% mensual entre diciembre y febrero.
"Yo creo que la inflación que se disparó, a la gente le va a ser complicado porque una cosa es decirlo y votar al presidente que está y otra cosa es que la gente no sabe cómo va a ser la situación", dijo Casado, un albañil de 46 años que vive junto a su mujer, quien trabaja todo el día como empleada doméstica.
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"Ajustaron con todo", agregó sobre las medidas de Milei. "Nosotros desde hace rato que no venimos llegando a fin de mes", dijo Casado, quien se financia con una tarjeta de crédito, cuyos intereses terminan resultándole casi imposibles de pagar.
Las medidas anunciadas para estabilizar la economía incluyen un fuerte recorte del gasto, algo que fue celebrado por los mercados pero que generó angustia entre los sectores medios y bajos de la población.
Se espera que la inflación, una de las principales preocupaciones de los argentinos, aumente dramáticamente en los próximos meses, erosionando el poder de compra y generando una caída del crecimiento económico.
Milei, un economista libertario recién llegado a la política, asumió el poder el domingo gracias al hartazgo de la población con la crisis económica.El flamante presidente argumentó que el ajuste es necesario, aunque los próximos meses sean difíciles.
"A los políticos no les llega nunca, ni a los jueces ni a ninguno de ellos, siempre a nosotros, la clase baja y la clase media. Para mí ellos nunca van a sufrir, nunca van a padecer, tienen plata y tienen poder", dijo Casado.
Como a muchos argentinos, a Casado le gusta ver partidos de fútbol y escuchar música, dos actividades que rara vez puede hacer porque suele llegar tarde de trabajar a su casa en Rafael Castillo, un vecindario de clase trabajadora de las afueras de Buenos Aires.
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Para trabajar, Casado necesita comprar materiales como cemento, cal y arena, pero muchas veces no consigue porque los comerciantes prefieren no vender hasta saber el valor del dólar, que terminará determinando la suba de precios.
"Hay gente que no puede trabajar porque tiene que ir a comprar materiales y no hay precio", dijo el albañil, una situación que se extiende también a los alimentos.
"Quiero creer que los precios se van a estancar en algún momento (...) Compré la semana pasada a 800 pesos los dos kilos de papa y esta semana está casi a mil 200, así que no sé si la semana que viene vamos a poder comprar la misma mercadería", contó, angustiado.
Para Casado, las medidas tomadas por Milei eran necesarias, pero no cree que den resultado a largo plazo porque considera que Argentina está inserta en una espiral sin salida.
"Es un círculo. Las medidas que el oficialismo (el gobierno anterior) tenía que hacer ahora las está haciendo él (Milei). Cuando termine el mandato de este presidente, va a venir otro y va a empezar a subsidiar esto, lo otro, y así es una cadena, nunca vamos a terminar. Nunca. Es muy difícil", concluyó.
aag