La intensa oleada de refugiados que vive Alemania amenaza con colapsar administrativamente al mayor país de la Unión Europea (UE), que no da abasto para registrar, repartir y dotar de lo básico a los miles de peticionarios de asilo que llegan a diario.
Las circunstancias están llevando a regiones y municipios alemanes a elevar el tono de sus demandas, exigiendo más medios y compromiso al gobierno de la mandataria Angela Merkel, y también al repunte de las críticas por la gestión de la crisis, que acabaron cobrándose la dimisión del presidente de la Oficina federal para la Migración y los Refugiados (BAMF), Manfred Schmidt.
Muchos refugiados —en su mayoría de Oriente Medio, pero también subsaharianos y algunos grupos del Sudeste asiático— tienen que esperar por días en unas condiciones extremadamente precarias para ser atendidos y tramitar su asilo en el país.
Hamburgo está levantando siete "poblados" con contenedores de mercancías para dar cabida a más de 20 mil refugiados, Múnich recibió 19 mil demandantes de asilo el pasado fin de semana y Berlín estudia acondicionar el antiguo aeropuerto de Tempelhof porque sus más de 60 albergues de acogida están repletos.
En una entrevista difundida ayer por el diario Bild, la presidenta del Asociación de Municipios de Alemania, Eva Lohse, exigió más dinero —para levantar nuevos albergues— y una mayor celeridad en la tramitación de las peticiones de asilo.
Alemania estima que este año ingresarán en el país un total de 800 mil peticionarios de asilo, una cifra récord que cuadruplica la del pasado ejercicio.
En ese contexto, Hungría declaró el "estado de crisis" en dos provincias vecinas a Croacia, después de que algunos refugiados de Medio Oriente cruzaran su frontera desde la ex república yugoslava.
Budapest ya había anunciado hace tres días el "estado de crisis" en dos provincias fronterizas con Serbia por la llegada de miles de refugiados.
El canciller húngaro, Péter Szijjártó, aseguró ayer que su país iniciará en breve la construcción de una valla en la frontera con Croacia, como lo hizo ya con Serbia.
El canciller agregó que el gobierno croata reconoció ayer que ha perdido "el control sobre la situación".
Casi 9 mil refugiados llegaron ayer a Croacia desde Serbia, que, después del cierre de la frontera húngaro-serbia, quieren llegar a Austria, a través de Eslovenia.
El ministro croata de Defensa, Ante Kotromanovic, aseguró que si empeora la situación "el ejército saldría a las fronteras".
El Parlamento Europeo (PE) respaldó ayer, por procedimiento de urgencia y por amplia mayoría, el reparto de 120 mil demandantes de asilo propuesto por la Comisión Europea (CE), un paso que envía una fuerte señal política y despeja el camino par que el grupo de los Veintiocho tome ya una decisión en la cumbre de sus máximos líderes del próximo miércoles.
La votación de la Eurocámara aumenta la presión sobre el Consejo de la UE, donde los países del Este se resisten a aceptar las cuotas obligatorias que quiere Bruselas para trasladar a los demandantes de asilo desde Hungría, Grecia e Italia hasta otros estados miembros.
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