'Alianza para el progreso', programa con que EU abrió cartera en apoyo de AL hace 60 años

El programa fue impulsado desde la Casa Blanca por el presidente John F. Kennedy con la intención de "mejorar la vida de todos los habitantes del continente" y hacer frente al comunismo de la Guerra Fría.

John F. Kennedy fue el impulsor del programa cuando estaba en la presidencia de EU. (AP)
Adyr Corral
Ciudad de México /

Hace 60 años Estados Unidos decidió sacar la chequera para atender los problemas económicos, políticos y sociales que se vivían, en ese entonces, en América Latina a través de la Alianza para el Progreso.

Se trataba de un programa impulsado desde la Casa Blanca por el presidente John F. Kennedy con la intención de "mejorar la vida de todos los habitantes del continente", a través del desarrollo económico, el fomento a la educación y el fortalecimiento multilateral de la seguridad, especialmente, en contra de los peligros que pudiera representar el comunismo en aquella época, durante el auge de la Guerra Fría.

A pesar de que Kennedy fue asesinado en 1963, truncando así los esfuerzos hechos durante su administración para la consolidación del programa, la Alianza para el Progreso se mantuvo activa hasta 1971, aunque cada vez con menos fuerza.

“Sin embargo, en este momento de máxima oportunidad, enfrentamos las mismas fuerzas que han amenazado a América a través de su historia, las fuerzas extrañas que una vez más intentan imponer los despotismos del Viejo Mundo a los pueblos del Nuevo. Les he pedido que vengan aquí hoy para tratar estos desafíos y estos peligro”, dijo el demócrata en un discurso pronunciado en marzo de 1961 ante el cuerpo diplomático latinoamericano, altos funcionarios y miembros del Congreso de los Estados Unidos.

De acuerdo, con lo recolectado en el texto México en la Alianza Para el Progreso, del investigador de la Universidad de Standford William Kemnitzer, luego de la Segunda Guerra Mundial los líderes latinoamericanos se quejaban de que los Estados Unidos no hacían lo suficiente para ayudar a sus países para protegerse de los ataques crecientes de los agitadores de izquierda y de cómo los recursos estadunidenses destinados para la asistencia se habían dirigido hacia Europa y Asia.

Para mayo de ese mismo año, el Congreso estadunidense aprobó un presupuesto para la creación de un fondo de 600 millones de dólares para un programa denominado Programa Social y Económico Interamericano, que manejaría como se anunció en junio por la recién creada Agencia para el Desarrollo Internacional.

A unas horas de que este viernes México y Estados Unidos discutan en el Diálogo de Seguridad de Alto Nivel (DSAN) la creación de un nuevo mecanismo de cooperación en seguridad, combate al narcotráfico, lavado de dinero y tráfico de armas con que se reemplazará a la Iniciativa Mérida, y a unas semanas también de que de se haya reactivado el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), para, entre otras cosas, promover el desarrollo económico y social sostenible en la región, resuenan cada vez más fuerte los ecos de la última vez que Washington volteó al sur para intentar atender los problemas en la región desde las causas que los originan.


DMZ

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