Durante la segunda y tercera semana del mes de septiembre (temporada invernal austral) se ha registrado en las aguas cercanas a la Antártida la mayor acumulación anual de hielo flotante.
El Antártico que tiene una superficie de 18 mil 750 millones de kilómetros cuadrados actualmente, en septiembre del año pasado el terreno con hielos flotantes en esta época del año fue de sólo 18 mil 200 millones kilómetros cuadrados, un récord que ha sido superada por la de septiembre de 2023.
El 17 de septiembre —el último dato que se tiene hasta ahora— el hielo cubriría en el antártico 16 mil 892 millones de kilómetros cuadrados, de acuerdo con el Centro de Datos Nacional sobre Nieve y Hielo de Estados Unidos (National Snow and Ice Data Center, NSIDC).
El investigador del SSIDC, Walter Mier, indicó que la superficie de hielo marino que rodea la Antártida, está ahora muy por debajo de cualquier nivel invernal registrado previamente, "está tan lejos de todo lo que hemos visto que es casi alucinante".
Los científicos se han mostrado sorprendidos, pues desde abril de 2023, la superficie con hielo en el Antártico es inferior en comparación al récord anterior que correspondía a los meses correspondientes de 2022.
El hielo flotante que está en el Antártico y su desaparición no influye en los niveles del mar, sino lo que se encuentra en la superficie, pero sí tiene gran importancia ambiental y climática por diversos motivos.
Una de las razanos es que, el hielo flotante sirve de espejo en las radiaciones y actúa como un refrigerante, pero si desaparece, el agua marina se clienta y esto facilita la destrucción de los glaciares que llegan al litoral Antártico, asimismo, influye directamente en el aumento en el nivel del mar.
Por su parte, Caroline Holmes, profesora del Servicio Antártico Británico, explicó que "los impactos de la reducción del hielo marino en el Antártico pueden volverse más evidente con la llegada del verano austral, cuando existe la posibilidad de que se produzca un ciclo de retroalimentación imparable de derretimiento del hielo".
Las consecuencias son: si desaparece más hielo marino, se exponen áreas oscuras del océano que absorben la luz solar en lugar de reflejarla, es decir, que la energía térmica se agrega al agua y a su vez derrite más hielo.
Los científicos llaman a esto el efecto albedo del hielo. Eso podría aumentar la temperatura en el planeta, alterando el papel habitual de la Antártida como regulador de las temperaturas globales, señaló al profesora Holmes.
LG