Cientos de jóvenes protestaron en la Puerta del Sol, en Madrid, España, contra la detención del rapero Pablo Hasél, encarcelado ayer por las autoridades; la manifestación terminó en un enfrentamiento como el de ayer en Barcelona, donde hubo 15 detenidos y 30 heridos.
Hoy tocó a la capital española, donde la plataforma Movimiento Antirrepresivo de Madrid convocó esta concentración, que no fue comunicada a la Delegación del Gobierno, por lo que fue ilegal debido a que en España, para manifestarse, hay que tener autorización.
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La policía y los manifestantes se enfrentaron en varias ocasiones, aunque la concentración comenzó con un ambiente pacífico y festivo, pero con el paso de los minutos se tensó la situación al producirse actos de vandalismo.
Los manifestantes increparon con insultos a los agentes y después les arrojaron diversos objetos mientras destrozaban el mobiliario urbano; lo que hizo que las autoridades tuvieran que repeler los ataques e impedir que accedieran por la calle Carretas, en dirección al Congreso de los Diputados. En ese acceso a la Puerta del Sol se situó una doble línea policial.
En un manifiesto leído al comienzo, los manifestantes aseguraron que a Hasél lo encarcelaron por criticar a la Monarquía.
Los asistentes corearon insistentemente la petición de libertad para el rapero de 33 años, más famoso por sus escándalos judiciales que por su música.
Al no ser comunicada la protesta a la Delegación del Gobierno, sus promotores y asistentes podrían ser sancionados.
El rapero desde ayer está en la cárcel Ponent de su natal Lérida, en Cataluña. Fue condenado en el 2015 a nueve meses de prisión por delitos de enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona en las letras de sus canciones.
Hasél, que en realidad se llama Pablo Rivadulla, se encerró ayer en el edificio del rectorado de la Universidad de Lérida y de ahí fue sacado por la policía.
Además, la justicia española lo investiga por su participación en el intento de asalto a la Subdelegación del Gobierno de Lérida el 25 de marzo de 2018, durante las protestas por la detención del ex presidente catalán prófugo, Carles Puigdemont en Alemania.
La primera condena al rapero, que está en trámite, es por publicar en las redes sociales varias de sus canciones en las que alababa los ataques de la banda terrorista vasca ETA y Al Qaeda, entre otros, y pedía que se atentara contra políticos del Partido Socialista y el Partido Popular.
OMZI