Azerbaiyán y Armenia se acusaron mutuamente de violar los términos del alto el fuego recién acordado para la región del Nagorno-Karabaj, lo que plantea dudas sobre el alcance de la tregua, auspiciada por Rusia.
Stepanakert, la capital regional bajo control de los separatistas armenios, fue el blanco de bombardeos el sábado por la noche, pese a un alto el fuego, negociado en Moscú.
Hacia las 23:30 horas locales se escucharon siete fuertes explosiones, que hicieron temblar el suelo en toda la ciudad. Inmediatamente después de esta salva, las sirenas de alarma sonaron durante varios minutos, llamando a los habitantes a resguardarse en sótanos y refugios. La ciudad quedó después en un silencio y oscuridad completos.
El cese de hostilidades, logrado después de unas conversaciones maratonianas en Moscú, promovidas por el presidente Vladimir Putin, tenía por objeto poner fin a los combates para permitir que las fuerzas de origen étnico armenio y las fuerzas azeríes intercambiaran prisioneros y muertos en combate.
Sin embargo, minutos después de que la tregua entrara en vigor a partir del mediodía, ambas partes se acusaron mutuamente de haberla roto. El Nagorno Karabaj, un territorio poblado mayoritariamente por armenios, se independizó de Azerbaiyán tras una guerra que causó 30 mil muertos en los años de 1990. Desde entonces, Bakú acusa a Ereván de ocupar su territorio y suelen estallar brotes de violencia.
Los combates que desde el 27 de septiembre enfrentan a las tropas de Nagorno Karabaj, apoyadas por Armenia, y las fuerzas azerbaiyanas son los más mortíferos y ya han causado 450 muertos confirmados, incluido unos cincuenta civiles, un balance que podría ser mucho mayor en realidad.
El Ministerio de Defensa de Armenia acusó a Azerbaiyán de bombardear un asentamiento dentro de Armenia, mientras que las fuerzas de etnia armenia en Karabaj alegaron que las fuerzas azeríes habían lanzado una nueva ofensiva cinco minutos después de que la tregua entrara en vigor.
Azerbaiyán dijo que las fuerzas enemigas en Karabaj estaban bombardeando el territorio de Azerbaiyán. Ambas partes han negado sistemáticamente las alegaciones de la otra parte sobre la actividad militar.
Sin embargo, el presidente azerbaiyano Ilhám Alíyev dijo que las partes beligerantes estaban tratando de encontrar una solución política, en una declaración que sugiere que el alto el fuego no ha perdido completamente su validez.
Las conversaciones para el cese del fuego en Moscú fueron el primer contacto diplomático entre ambas partes desde que el 27 de septiembre estallaron los combates por el enclave montañoso, que hasta el momento han dejado cientos de víctimas mortales. El enclave es reconocido internacionalmente como parte de Azerbaiyán, pero está poblado y gobernado por armenios.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, que ayudó a mediar entre ambas partes, dijo en una declaración en la madrugada del sábado, después de más de 10 horas de negociaciones, que el cese del fuego se había acordado por razones humanitarias. El Comité Internacional de la Cruz Roja ayudaría a que la tregua funcionara, según Lavrov.
"Los términos específicos del cese del fuego todavía tienen que ser acordados", dijo Lavrov, quien dijo que Armenia y Azerbaiyán también habían acordado entablar conversaciones de paz "sustanciales".
Esas conversaciones se llevarían a cabo bajo los auspicios del Grupo de Minsk de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
dmr