La líder de Birmania y Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, fue detenida por el ejército junto a otras figuras destacadas del partido gobernante Liga Nacional para la Democracia. El vicepresidente respaldado por militares, Myint Swe, estará ahora a cargo del país durante un año bajo un estado de emergencia, informaron en un mensaje televisado.
El ejército birmano se apoderó durante las primeras horas del lunes el ayuntamiento de Rangún. Cinco camiones militares se desplegaron en el recinto del ayuntamiento y los soldados hacían retroceder a las personas en la entrada, de acuerdo con la agencia AFP. El acceso a internet y a todas las telecomunicaciones seguía con interferencias.
La medida se produce después de días de creciente tensión entre el gobierno civil y el ejército de Birmania, que había generado temores de un golpe de Estado después de las elecciones legislativas de noviembre pasado en que las fuerzas armadas calificaron de fraudulenta.
El vocero, Myo Nyunt, afirmó horas antes a la agencia Reuters que la lideresa, junto con presidente Win Myint y otros líderes habían sido "secuestrados" por elementos del ejército.
“Quiero decirle a nuestra gente que no responda precipitadamente y quiero que actúen de acuerdo con la ley”, dijo Nyunt. "Hemos escuchado que (Suu Kyi) está detenida en Naypyidaw (la capital del país), suponemos que el ejército está organizando un golpe de Estado", añadió
¿Por qué hay acusaciones de posible golpe de Estado?
Desde hace semanas, el ejército sostiene que ha habido irregularidades en las elecciones generales de noviembre pasado, las segundas desde el fin de la dictadura militar en 2011. Las ganó por una mayoría abrumadora la Liga Nacional para la Democracia (LND), el partido de la muy popular Aung San Suu Kyi, que ya estaba en el poder.
La LND obtuvo el 83 por ciento de los 476 escaños en el parlamento, pero el ejército afirma haber descubierto 10 millones de casos de fraude electoral y ha pedido a la comisión electoral que publique las listas electorales para verificarlas.
El martes, en rueda de prensa, el vocero del ejército no descartó que los militares tomen el control del país para hacer frente a lo que tachó de crisis política.
Los temores aumentaron aún más el miércoles después de que el jefe del ejército, el general Min Aung Hlaing, sin duda el hombre más poderoso de Birmania, dijera que la Constitución podría ser "revocada" bajo ciertas circunstancias.
Estos comentarios del jefe del ejército conmocionaron a la sociedad y pusieron a los diplomáticos en estado de alerta. La semana pasada se vieron movimientos de tanques del ejército en los estados de Rangún, Naypyidaw, Kachin y Shan y se organizaron manifestaciones a favor de las fuerzas armadas.
Por el momento, se desconoce cómo evolucionarán las cosas. La crisis política no es el único desafío al que se enfrenta Birmania ya que país lidia con un brote de coronavirus y ha registrado más de 140 mil casos.
Si hay manifestaciones multitudinarias en las calles el virus podría propagarse más y aumentar la tensión en un sistema sanitario ya de por sí desbordado.
dmr