China "tomó posesión" del consulado de Estados Unidos en Chengdu (suroeste), tres días después de que Beijing anunciara su cierre, informó el ministerio chino de Relaciones Exteriores. Horas antes habían arriado la bandera estadunidense del lugar.
El gobierno chino ordenó el viernes el cierre de la representación diplomática en represalia por una medida similar tomada por el gobierno del presidente Donald Trump contra el consulado chino en Houston. Posteriormente, Beijing protestó por la entrada de agentes estadounidenses en el lugar.
La bandera estadunidense fue arriada por la mañana en el consulado de Estados Unidos en Chengdu. "Esta mañana a las 06:18 horas (del lunes), el consulado de Estados Unidos en Chengdu bajó la bandera estadunidense", anunció la cadena pública CCTV, mostrando la imagen de cómo era arriada lentamente a lo largo del mástil en el interior del complejo diplomático.
A diferencia de los días anteriores, las fuerzas de seguridad impidieron a los periodistas extranjeros acercarse al edificio. Beijing no precisó el viernes en qué plazo el consulado debía cerrar sus puertas. Estados Unidos dio tres días a los chinos para evacuar el suyo en Houston.
Desde el viernes, los periodistas han visto a los empleados del consulado de Chengdu sacar bolsas de basura y un autobús salir de las instalaciones hacia un destino desconocido. En Houston, agentes estadunidenses entraron en el edificio el viernes después de abrir la puerta con herramientas.
El edificio es "una propiedad nacional de China", recalcó el sábado el ministerio de Relaciones Exteriores chino en un comunicado, refiriéndose al derecho internacional. "Se dará una respuesta adecuada y necesaria a esto", advirtió.
En un contexto de creciente tensión diplomática sobre el coronavirus y Hong Kong, Washington justificó su decisión afirmando que el consulado chino en Houston era "un centro para el espionaje y el robo de propiedad intelectual".
"Algunos empleados del consulado de Estados Unidos en Chengdu han realizado actividades que van más allá de sus funciones, se han inmiscuido en los asuntos internos de China y han puesto en peligro la seguridad y los intereses chinos", acusó por su parte Beijing.
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