Con un cuenco de plástico, Ha In-sik sacó el miércoles el agua de su banjiha —los departamentos subterráneos— en el distrito de viviendas de bajo costo de Sillim, en el suroeste de Seúl, donde las inundaciones causadas por las lluvias torrenciales obligaron a su familia a dormir en un parque cercano.
El hombre, de 50 años, junto con su mujer y su hija, había recogido electrodomésticos, muebles, libros e incluso cubiertos, y los había sacado al exterior para ver qué se podía salvar. La escena guardaba incómodas similitudes con el departamento del semisótano inundado por las aguas residuales descrito en la película surcoreana "Parásitos" (Parasite), la ganadora del Oscar en 2020 que relata la creciente disparidad social en la cuarta economía de Asia.
¿Por qué la gente viven en 'banjihas'?
Los departamentos subterráneos son producto de la historia reciente de Corea del Sur. Debido a las tensiones con el Norte, el gobierno surcoreano había actualizado en los años de 1970 sus protocolos de construcción para construir búkeres en los edificios en caso de una eventual invasión.
Sin embargo, para los años de 1980 se desató una crisis de vivienda en la capital, obligando al gobierno que los sótanos fueran usados para alquilarse y venderse en el mercado inmobiliario, algo que ha permanecido hasta ahora debido a que comprar un departamento en la Seúl es excesivamente caro.
Las inundaciones han causado molestias y pérdidas económicas en las zonas más ricas de la capital, como el deslumbrante barrio de Gangnam, a pocos kilómetros de distancia. Pero en lugares como Sillim, las inundaciones han acabado con las pocas esperanzas a las que se aferraban personas desesperadas como Ha para seguir adelante.
"No tengo dinero, nada. Pero había venido aquí para vivir en este sótano, ya que era la única opción que tenía para vivir con mi hija", dijo Ha. "Pero ahora estoy desesperado. Todo ha desaparecido, no hay ayuda y ni siquiera tengo una cuchara para comer".
El lunes, tres miembros de una familia que vivía en el barrio, entre ellos una mujer con discapacidades, se ahogaron en su departamento subterráneo. El presidente Yoon Suk-yeol visitó Sillim un día después.
El miércoles, Yoon se disculpó por la tragedia y pidió medidas para mejorar la seguridad de las viviendas para proteger a las personas mayores, pobres o con discapacidades y a las familias, como la de Ha, cuyas casas eran más vulnerables a las inundaciones.
Al menos 10 personas han muerto como consecuencia de las lluvias torrenciales que han azotado el norte del país desde el lunes, dejando sin electricidad, provocando desprendimientos de tierra e inundando carreteras y metros.
Hasta el miércoles, seis personas seguían desaparecidas, 570 han perdido al menos temporalmente sus hogares, mientras que mil 400 han sido evacuadas, la mayoría en Seúl, según la Central de Contramedidas de Seguridad y Desastres.
Ha dijo que tardaría unos 10 días en recuperar su apartamento hasta el punto de poder volver a instalarse en él. Agregó que la única ayuda que le había ofrecido el gobierno era un refugio temporal en un gimnasio, que rechazó.
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