Kirguistán elige a mandatario tras crisis política y aboga por el presidencialismo

El populista Sadyr Japarov ganó con cerca del 80 por ciento de los votos contabilizados; sin embargo, algunos críticos temen que con el cambio en el sistema de gobierno se convierta en un gobierno autoritario como sus países vecinos.

Sadyr Japarov será el próximo presidente de Kirguistán. (AFP)
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Biskek / Nur-Sultán /

El populista Sadyr Japarov, gran favorito, ganó este domingo de manera arrolladora en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Kirguistán, habiéndole otorgado la Comisión electoral más del 80 por ciento de los votos, con el 90 por ciento del total ya escrutado. 

Adajan Madumarov quedó segundo con menos del 7 por ciento de los votos, según estos resultados preliminares. Los circuitos de votación cerraron a las 20:00 locales.

Japarov, de 52 años, purgaba una pena de cárcel por una toma de rehenes cuando fue liberado por sus partidarios en octubre pasado, en la última crisis que ha afectado a este país de Asia central. Después, su ascenso ha sido meteórico.

La antigua república soviética es alabada por su pluralismo mientras que sus países vecinos están gobernados bajo autocracias, pero está considerada como la más inestable de la región, por lo cual los cambios políticos son muy dinámicos.

Además, los kirguises votaron en esta jornada una serie de enmiendas constitucionales cuyo objetivo es modificar el régimen político del país, entre uno más "parlamentario" y otro más "presidencial". Por supuesto, Japarov optaba claramente por el segundo.

Así, más del 80 por ciento de los electores se decidieron por un sistema presidencialista, que le otorga más prerrogativas a Japarov.

Con este referéndum, se pone fin al sistema político mixto adoptado por el país en 2010 después de que dos presidentes sucesivos, juzgados demasiado autoritarios, tuvieran que abandonar el poder a causa de las manifestaciones.

Precisamente, los detractores de Japarov temen que su victoria desemboque en un autoritarismo como el de los países vecinos: Kazajistán, Uzbekistán y Tayikistán, todos dirigidos con mano dura desde la caída de la URSS.

En Biskek, la capital, muchos votantes declararon que habían votado por Japarov.

"Prometió aumentar los salarios y las pensiones", dijo Vera Pavlova, una jubilada, añadiendo que durante la campaña se veían solamente "afiches y publicidad a favor de Japarov y ninguno de los otros" candidatos.

La inestabilidad política en Kirguistán

Durante la crisis política de octubre, provocada por unas elecciones legislativas consideradas fraudulentas por la oposición, Sadyr Japarov fue liberado de prisión por sus simpatizantes y después un tribunal anuló su condena.

Desde entonces se esforzó por presentarse como un enemigo del crimen organizado y de la corrupción. Sus opositores afirman no obstante que tiene vínculos con la delincuencia. 

El viernes, en Biskek, se esforzó en adoptar un tono unificador durante su último mitin y exhortó a una muchedumbre de miles de personas a "unirse" y "tratarse los unos a los otros con comprensión y respeto". "Somos un país, un pueblo", dijo.

Con una economía fragilizada por la pandemia de coronavirus, el próximo presidente tendrá que lidiar con una gran dependencia de China y de Rusia, un aliado donde trabajan cientos de miles de migrantes kirguises.

Desde la última crisis política, el presidente ruso, Vladimir Putin, criticó la inestabilidad política de Kirguistán. El embajador de China se ha reunido en los últimos meses con altos cargos kirguises para garantizar la protección de sus empresas, algunas de las cuales fueron atacadas en medio del caos en otoño boreal.

El caos en un "oasis democrático"

Kirguistán vivió dos revoluciones, en 2005 y 2010, así como episodios de violencia étnica, y las crisis políticas son recurrentes. Era la tercera vez que un jefe de Estado kirguís dimitía tras manifestaciones desde la independencia en 1991.

Las legislativas de octubre fueron anuladas por las autoridades con la esperanza de resolver la crisis, pero el entonces presidente Sooronbai Jeenbekov tuvo que ceder y dimitir dos semanas después bajo la presión de los partidarios de Japarov.

Japarov estuvo al frente del Estado interinamente pero dejó el cargo para presentarse a las presidenciales. Sus rivales dicen que en la campaña se ha beneficiado de los recursos del Estado, en el que sus aliados ocupan los puestos claves.

Su vecino Kazajistán también realizó elecciones

El partido en el poder en Kazajistán ganó las elecciones legislativas del domingo con cerca del 72 por ciento de los votos, según un sondeo a pie de urna realizado por un organismo aprobado por las autoridades.

El partido Nur Otan, la formación del presidente Kasim-Jomart Tokayev y de su predecesor Nursultán Nazarbayev, logró sin sorpresa la victoria en unos comicios en los que la oposición estaba ausente.

El partido en el poder era el gran favorito, en ausencia de la única formación de la oposición autorizada en este país autoritario de Asia central y rico en petróleo.

El presidente, Kasim-Jomart Tokayev, de 67 años, ha prometido reformas políticas desde su elección hace dos años con el apoyo de su predecesor, Nursultán Nazarbayev, quien dimitió por sorpresa en 2019 después de casi tres décadas en el poder.

En la sombra, Nazarbayev, de 80 años, conserva una influencia considerable y funciones clave, como la presidencia del poderoso partido mayoritario, Nur Otan. Este último cuenta con 800 mil afiliados en Kazajistán, una de las ex repúblicas soviética cuyo tamaño cuadruplica el de Francia pero con solo 19 millones de habitantes.

Además de Nur Otan, otros cuatro partidos participaron en los comicios del domingo, que renuevan la cámara baja del Parlamento. Ninguno de ellos es hostil al poder. En la ciudad más grande del país, Almaty, la policía rodeó durante horas a decenas de personas que intentaban manifestarse contra las elecciones.

"Decenas de nuestros miembros fueron detenidos", declaró Janbolat Mamay, un militante de la oposición. La policía afirmó por la noche que había liberado a todos los manifestantes.

Las autoridades anunciaron una tasa de participación del 63.1 por ciento, aunque los críticos aseguran que esta cifra es exagerada. El Partido Nacional Socialdemócrata (NSDP), que se declara de la oposición a pesar de que las voces críticas lo ponen en duda, anunció en noviembre que no se presentaría a las elecciones en señal de "protesta".

La hija de Nursultan Nazarbayev, Dariga Nazarbayeva, de 57 años, era candidata del partido Nur Otan. El año pasado fue destituida como presidenta del Senado, un cargo por el que sería el reemplazo del jefe de Estado en caso de una vacante en el poder.

Su destitución, sin explicación oficial, se atribuyó a una decisión del presidente Tokayev y se interpretó como una señal de una posible lucha política entre este último y el clan Nazarbayev.

Pero Kasim-Jomart Tokayev suele cubrir de elogios a su mentor y predecesor, además de defender sus decisiones estratégicas. Y los dos hombres aparecieron juntos, en noviembre, en un congreso de Nur Otan.

Gracias a su riqueza en minerales e hidrocarburos, Kazajistán es un país próspero y mantiene buenas relaciones con Occidente y sus vecinos: China y Rusia. Según el Banco Mundial, se prevé que el PIB de Kazajistán caiga un 2.5 por ciento en 2020, la primera recesión del país en dos décadas, debido a la crisis del coronavirus.

En un Estado regido por el autoritarismo desde su independencia en 1991 hay pocas voces críticas que expresen descontento. En las últimas tres elecciones, el partido NSDP no ha logrado entrar en el Parlamento.

El mes pasado, la embajada estadunidense se declaró "alarmada" por la decisión de introducir nuevas restricciones contra los observadores electorales independientes, que habían denunciado casos de pucherazo en las presidenciales de 2019.

dmr

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