Niños rescatados en Tailandia se volverán monjes budistas

Las familias de los niños prometieron que sus hijos ingresarían al monasterio en un homenaje al buzo que murió durante la operación de rescate.

Los niños se convertirán en monjes como agradecimiento por ser rescatados de la cueva. (AFP)
Editorial Milenio
Tailandia /

La mayoría de los niños del equipo de futbol infantil, que pasó alrededor de dos semanas atrapado en una cueva en Tailandia, comenzó con la ceremonia para convertirse en monjes budistas.

Los niños se unieron a los bonzos del templo Phra That Doi Wao, en la provincia de Chiang Rai, en una serie de retos y ofrendas espirituales, que continuará esta tarde con los ritos de purificación, donde se afeita el pelo de los futuros monjes.

Los actos terminarán mañana en otro recinto religioso de la región, donde permanecerán ordenados hasta el próximo 3 de agosto, informó en un comunicado el gobierno provincial.

Las familias de los rescatados prometieron que los niños entrarían en el monasterio una vez fueran rescatados para agradecer su regreso y en honor al buzo voluntario fallecido, Samar Kunan.

El otro niño rescatado, Adul Sam-on, pertenece a una minoría étnica cristiana procedente de la vecina Birmania, por lo que no participó en los ritos.

Las operaciones de salvamento para los niños, de entre 11 y 16 años, y su entrenador, de 26, levantaron una gran expectación en todo el mundo y sirven de orgullo nacional en el país.

El grupo entró en la cueva Tham Luang durante una excursión el sábado 23 de junio tras completar un entrenamiento de fútbol cuando una súbita tormenta inundó el camino de salida de la gruta.

Los trece estuvieron nueve días perdidos y sin alimentos hasta que los encontraron a cuatro kilómetros de la entrada, el 2 de julio, y finalmente fueron rescatados entre los días 8, cuando salieron cuatro, el 9, otros cuatro, y 10, los cinco restantes.

Conforme al relato de las víctimas, el entrenador, Ekapol Chanthawong, les ayudó a tranquilizarse y sobrevivieron bebiendo el agua que se filtraba por las paredes de la cueva.

Los equipos de búsqueda y rescate, que llegaron a formar más de mil personas, los sedaron y transportaron en camillas y bajo el agua en los tramos inundados hasta la bocana de salida de la caverna.

El gobierno tailandés ha recomendado al grupo que vuelva a su vida normal y que evite convertirse en el centro de los medios de comunicación.



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