El presidente de Kazajistán, Kassym Jomart Tokayev, rechazó el viernes cualquier negociación con los manifestantes y autorizó a las fuerzas de seguridad a disparar "sin aviso previo" para poner fin a las protestas que sacuden el país.
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El mayor país de Asia central ha sido escenario de una revuelta que estalló el domingo en las provincias, tras una subida del precio del gas, y se extendió a otras ciudades, y sobre todo a Almaty, la capital económica, donde las manifestaciones se convirtieron en violentos y caóticos disturbios.
Un contingente de tropas rusas y de otros países aliados llegó el jueves a esta antigua república soviética para apoyar al gobierno y proteger los edificios oficiales, junto a las fuerzas de seguridad locales. En este sentido, Tokayev dio las gracias al presidente ruso, Vladimir Putin, quien "respondió muy rápidamente" a su pedido de ayuda.
"He dado la orden de disparar a matar sin aviso previo", dijo Tokayev, en un discurso difundido por televisión, añadiendo que los "terroristas siguen dañando los bienes y usando armas contra los ciudadanos".
El mandatario rechazó cualquier negociación y prometió "eliminar" a los "bandidos" que han provocado estos disturbios, que según él son "20 mil" y tenían "un plan claro". "¿Qué tipo de negociación se puede tener con criminales, con asesinos? Nos hemos enfrenado a bandidos armados y entrenados (...) Hay que destruirlos y es lo que haremos en poco tiempo" agregó.
Con todo, el mandatario kazajo señaló este viernes que el orden constitucional había sido "ampliamente restablecido en todas las regiones", en tanto los militares rusos desplegados empezaron a "desprenderse de algunas de las tareas que se les habían asignado", según Moscú.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró a las agencias rusas que Vladimir Putin había hablado varias veces con Tokayev en los últimos días sobre "la situación en Afganistán y las acciones conjuntas dentro del marco de la CSTO", la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva, liderada por Rusia.
HRW pide al presidente anular su decisión
La organización Human Rights Watch (HRW) exigió al presidente kazajo que anule de manera inmediata la orden de que las fuerzas de seguridad "disparen a matar" y sin previo aviso contra los manifestantes que desde hace varios días protagonizan importantes disturbios en el país.
Según HRW, esa instrucción viola las obligaciones internacionales de Kazajistán y la Policía y el Ejército deben hacer todo lo posible para proteger vidas, usando la fuerza letal únicamente como último recurso.
"Kazajistán está en medio de la crisis más violenta desde su independencia y el mundo está mirando para ver si el Gobierno muestra que respeta los derechos humanos básicos de sus ciudadanos", señaló en un comunicado Letta Tayler, directora adjunta de Crisis y Conflictos de la organización.
Según Tayler, "es crucial que las autoridades kazajas aseguren que todas las fuerzas de seguridad sobre el terreno actúan con vistas a proteger vidas humanas y que rindan cuentas si no lo hacen".
"Esto empieza con la cancelación inmediata de la orden de 'disparar a matar sin previo aviso'", insistió.
China apoya represión a manifestantes en Kazajistán y EU pide "diplomacia"
El presidente de China, Xi Jinping, elogió la mortífera represión que el gobierno de Kazajistán adoptó para sofocar las protestas, calificando al mandatario kazajo como un líder "muy responsable", informaron medios locales.
"Usted tomó medidas contundentes en un momento crítico y rápidamente calmó la situación, mostrando su posición de responsabilidad y de un sentido del deber como político, mostrándose muy responsable hacia su país y su pueblo", dijo Xi a Tokayev en un mensaje, según informó la agencia oficial Xinhua.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente francés, Emmanuel Macron, pidieron por su parte el "fin de la violencia" y "moderación".
Por su parte, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, advirtió que a Kazajistán le resultará difícil conseguir la retirada de los rusos después de haber pedido a Moscú el despliegue de tropas ante los disturbios registrados en la ex república soviética.
"Una lección de la historia reciente es que una vez que los rusos están en tu casa, a veces es muy difícil lograr que se vayan", expresó el secretario de Estado en rueda de prensa en Washington.
"Me parece que las autoridades y el gobierno de Kazajistán tienen sin duda capacidad de lidiar adecuadamente con estas manifestaciones, de mantener el orden respetando los derechos de los manifestantes. Así que no entiendo muy bien por qué sienten la necesidad de ayuda exterior", dijo Blinken.
Estantes vacíos y negocios cerrados
Según el Ministerio del Interior, 26 "criminales armados" murieron. Por su parte, las fuerzas de seguridad reportaron 18 muertos y 748 heridos entre sus efectivos. Las autoridades han establecido 70 puntos de control en todo el país y, de momento, más de 3 mil 800 personas han sido detenidas.
Sin embargo, estas cifras no se han podido contrastar con ninguna fuente independiente, y el gobierno no ha aportado ningún balance de los civiles, al margen de los manifestantes.
Este viernes, en las calles de Almaty seguía habiendo vehículos calcinados y charcos de sangre, aunque la circulación se fue reanudando poco a poco, en tanto los camiones blindados de la policía patrullaban, observaron periodistas.
La fachada del Ayuntamiento, incendiado el miércoles, como la residencia presidencial, estaba ennegrecida y el humo continuaba filtrándose por las ventanas. En un distrito financiero, que tenía todos sus bancos cerrados, la policía paraba y registraba a aquellos coches con conductores considerados sospechosos.
La mayoría de los vuelos con destino en el país fueron cancelados y las agencias de prensa rusas informaron, citando a funcionarios kazajos, que el aeropuerto de Almaty solo estará operativo para vuelos militares hasta el domingo.
Entre cristales rotos y calles jalonadas por montañas de basura, las pequeñas tiendas de alimentación reabrieron, pero muchas presentaban estantes vacíos y era difícil encontrar productos básicos como el pan. Algunas gasolineras abrieron, lo que dio lugar a largas filas de vehículos.
Una ira contra el presidente de Kazajistán
La intensidad y el carácter súbito de estos disturbios han causado impacto en Kazajistán, un país de 19 millones de habitantes, rico en recursos naturales y reputado por su gobierno tan estable como autoritario.
Las autoridades intentaron inicialmente calmar a los manifestantes, sin éxito, al conceder una baja del precio del gas, destituyendo al gobierno e instaurando un estado de emergencia y un toque de queda nocturno en todo el país.
Al margen del alza de precios, la cólera de los manifestantes estaba dirigida contra el expresidente Nursultán Nazarbáyev, de 81 años, que dirigió el país de forma autocrática desde 1989 a 2019, y conserva una gran influencia. Es además considerado el mentor del actual presidente.
Algunos medios kazajos afirmaron que Nazarbáyev y su familia abandonaron Kazajistán, pero esta información no pudo ser verificada con una fuente independiente.
dmr