Tailandia inició este domingo la campaña de vacunación contra el virus de la covid-19 con el fármaco producido por la farmacéutica china Sinovac. Entre los primeros inoculados se encuentra varios ministros, entre ellos el titular de Sanidad, Anutin Charnvirakul, y personal sanitario.
Anuntin destacó, en declaraciones a los medios tras recibir la primera dosis, que la vacunación "permitirá a Tailandia regresar cuanto antes a la normalidad".
En el acto también estuvo presente el primer ministro, el general golpista reconvertido en político, Prayut Chan-ocha, quien de momento tendrá que esperar para recibir la vacuna al tener 66 años, un año más que la edad máxima aprobada por las autoridades locales para el uso del fármaco de Sinovac.
Tailandia recibió esta semana 200 mil dosis de la vacuna de Sinovac, que han sido repartidas por las 13 provincias catalogadas como de "alto riesgo", mientras que otras 1.8 millones de dosis de la farmacéutica china llegarán entre marzo y abril.
A partir de junio, el país asiático espera poder administrar al mes 10 millones de dosis de la vacuna de AstraZeneca, producida por un laboratorio local vinculado a la monarquía tailandesa. Las autoridades sanitarias tailandesas han confirmado, desde el inicio de la pandemia, 25 mil 951 casos de covid-19 en el país, incluidos 83 fallecidos.
Se mantienen las manifestaciones prodemocracia en el país
La policía tailandesa disparó balas de goma, cañones de agua y gases lacrimógenos a los manifestantes prodemocracia concentrados el domingo en Bangkok delante de la residencia del primer ministro.
Unas 2 mil personas, según estimaciones, protestaron delante de un antiguo cuartel en el que vive el primer ministro, Prayut Chan-O-Cha, cuya dimisión es exigida por el movimiento prodemocracia surgido en 2020.
Delante de la entrada del cuartel, se produjeron enfrentamientos entre agentes antidisturbios y manifestantes, que lanzaron piedras, ladrillos y botellas de vidrio contra los policías. Las fuerzas de seguridad intentaron dispersar a las personas concentradas utilizando cañones de agua y lanzando gases lacrimógenos y balas de goma.
Por primera vez en los últimos meses, fueron al contacto de los manifestantes, que levantaban las manos y otros hacían un signo de resistencia levantando tres dedos.
Entre los manifestantes, también había inmigrantes birmanos que protestaban contra el golpe de Estado del 1 de febrero en su país. Según un médico del centro de urgencias de Erawan, al menos 16 personas resultaron heridas. El colectivo Thai Lawyers for Human Rights dio cuenta de 19 detenidos.
Este movimiento de contestación que pide la dimisión del gobierno logró movilizar en las calles a miles de personas en la segunda mitad de 2020, pero perdió cierta intensidad en los últimos meses. Sin embargo la reciente detención de cuatro líderes del movimiento prodemocracia, que podrían ser condenados a una pena de 15 años de prisión por delitos de lesa majestad, originó nuevas protestas.
dmr