El gobierno de Nueva Zelanda se propuso el viernes el ambicioso objetivo de vacunar por completo contra el covid-19 al 90 por ciento de las personas elegibles para así poner fin a los confinamientos. La primera ministra Jacinda Ardern había sido presionada para que proporcionara una estrategia hacia la libertad para los habitantes de Auckland, que llevan más de dos meses confinados.
De acuerdo con el nuevo plan, los que viven en esa ciudad, la mayor del país, recuperarán muchas de sus libertades una vez que el 90 por ciento de las personas de 12 años o más, en cada uno de tres distritos, esté totalmente vacunada.
Otras partes de la nación donde no se han registrado contagios obtendrán todavía más libertades cuando alcancen el objetivo del 90 por ciento. Sin embargo, se requerirá que los ciudadanos usen los nuevos certificados de vacunación para acudir a lugares como bares, restaurantes y gimnasios.
El gobierno también prometió aumentar los fondos para ayudar a las empresas que pasan apuros debido a las restricciones impuestas por el cierre y para impulsar la inoculación entre los indígenas maoríes, cuyas tasas han sido bajas.
La meta de vacunación de Nueva Zelanda es más alta que la de muchos otros países, pero Ardern dijo que Auckland podría alcanzarla en pocas semanas. Sin embargo, conforme las tasas de vacunación han aumentado, a los funcionarios de salud se les dificulta cada vez más convencer a los que se resisten a inocularse.
En la actualidad, el 89 por ciento de los habitantes de Auckland que reúnen los requisitos necesarios se han vacunado al menos una vez y el 73 por ciento han recibido las dos dosis, una tasa ligeramente superior a la media nacional.
El nuevo plan exige que cada uno de los 20 distritos sanitarios de Nueva Zelanda alcance el objetivo del 90 por ciento. Ardern no se refirió de forma directa a lo que ocurriría si algunos lugares no logran el objetivo, aunque indicó que podría haber cierta flexibilidad si se acercan.
dmr