La Fiscalía búlgara está investigando como un acto terrorista la explosión hoy de un artefacto al paso del vehículo oficial del fiscal jefe, Ivan Geshev, algo que el Ministerio del Interior se había limitado a calificar hasta ahora como "incidente".
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"La bomba estaba claramente destinada a matar. No estaba destinada a intimidar, no eran fuegos artificiales", señaló ante los medios Borislav Sarafov, ayudante del fiscal y director del Servicio Nacional de Investigación, quien indicó que la familia de Geshev lo acompañaba en el vehículo.
Sarafov indicó que el artefacto contenía unos tres kilogramos de explosivos y estaba cargado de bolas de metal que impactaron contra los vehículos e incluso casi arrancaron los árboles a lo largo de la carretera donde se produjo la explosión.
"Obviamente es un intento profesional extremadamente profesionalmente preparado y bien ejecutado", señaló el ayudante del fiscal, quien afirmó que fue un "milagro" que no haya habido muertos.
Safarov dijo que se cree que los autores del atentado tenían contacto visual con el convoy y activaron la bomba justo al paso del vehículo del fiscal, quien ha sido trasladado a un lugar seguro.
También señaló que la deflagración abrió un cráter de tres metros de diámetro en la carretera.
El ataque se produjo sobre las 11:30 horas locales a unos 30 kilómetros de Sofía, cuando el convoy del fiscal se dirigía hacia la capital búlgara.
La investigación se ha abierto bajo el artículo del código penal que incluye los intentos de asesinato con intención de desestabilizar el orden público.
Previamente, el secretario general del Ministerio del Interior, Petar Todorov, se había limitado a calificar de "incidente" lo sucedido en una intervención ante los medios en la que no admitió preguntas, aunque sí señaló que el Gobierno considera inaceptables amenazas contra la vida y la salud de nadie.
Todorov sí afirmó que "las amenazas contra la vida y la salud de cualquier persona son absolutamente inaceptables" y que el Gobierno tomará medidas rotundas.
Todorov sólo añadió que se ha movilizado a los servicios de seguridad y que se dará más información tras consultar con ellos.
Geshev ha sido acusado en el pasado de no haber actuado contra las prácticas corruptas que se atribuyen al GERB, el partido que dominó la política búlgara la última década, y a oligarcas cercanos a esa formación que controlan importantes sectores de la economía.