Los funcionarios de Estados Unidos están en contacto con las familias de cuatro estadunidenses que fueron secuestrados en México, dijo el martes la Casa Blanca, quien afirmó que fue inaceptable el ataque contra los ciudadanos en Tamaulipas.
El presidente Joe Biden se mantiene informado sobre el incidente, dijo la secretaria de prensa, Karine Jean-Pierre.
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"Nosotros estamos trabajando para tener el regreso de estos estadunideneses. Además, el presidente Joe Biden está enterado de esto y está el compromiso también. Extendemos nuestras condolencias a los familiares y amigos, nuestros respetos también a a las familias. También tendremos los comentarios de estas circunstancias", dijo.
La funcionaria añadió que Estados Unidos todavía está trabajando con autoridades mexicanas para obtener más información sobre el incidente.
"Este ataque fue inaceptable, no importa las situaciones que ocurrieron. Vamos a continuar también de cerca para que estas situaciones no se repitan", sostuvo la funcionaria estadunidenses quien agregó que la administración de Biden está revisando cómo tomar medidas contras los grupos criminales.
Dos de los cuatro estadunidenses secuestrados el pasado viernes en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas, fueron hallados muertos este martes, informaron las autoridades mexicanas, que desplegaron un operativo para repatriar a las víctimas.
El hallazgo fue confirmado por el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, en una llamada telefónica durante la conferencia diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien anunció la detención de un sospechoso.
"De los cuatro (estadunidenses) hay dos de ellos fallecidos", dijo el gobernador de este estado fronterizo, quien informó de que los otros dos secuestrados están vivos, uno de ellos herido. Las autoridades siguieron sin identificar a las víctimas.
Villarreal no detalló las circunstancias del hallazgo, que se produjo en una zona suburbana de Matamoros, a unos 15 kilómetros del centro y cerca de una carretera que une la localidad con la playa Bagdad.
Tamaulipas registra desde hace décadas una fuerte ola de violencia vinculada con el crimen organizado, tiene a miles de personas desaparecidas y es habitual que grupos rivales se lleven a las víctimas tras los enfrentamientos para ocultarlas.
El Departamento de Estado mantiene desde hace años una alerta máxima para que sus ciudadanos no viajen a la zona pero es habitual que habitantes de las poblaciones fronterizas crucen a México para hacer compras, ir a consultas médicas -que son más baratas- o visitar a familiares.