Actualmente, muchos de los niños en Uganda se enfrentan a familias rotas, la muerte de sus padres, abusos y enfermedades, por lo que María Galán, de 25 años, ha decidido adoptar a u grupo de 32 menores para ayudarles a tener una mejor vida.
A través de la organización Babies Uganda, la cual codirige con su madre y su tía, la joven española busca apoyar a niños huérfanos que enfrentan la incertidumbre y el abandono. Además, dan atención medica y han fundado una escuela que ha ayudado a más de 600 menores.
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“Esto es una familia, entre ellos se consideran hermanos, niños que tienen absolutamente toda la necesidades cubiertas: básicas, de amor, son escuchados y aquí les vamos a dar todas las oportunidades para que estos niños sean lo que quieran ser. Entonces esta siempre será su casa”, dijo Galán en una entrevista para medios locales.
La idea surgió de su madre, Montse Martínez, quien en conjunto con su colaboradora Maribel García, una española que ya era voluntaria en una ONG en Uganda, emprendieron el proyecto al percatarse de la necesidad de los niños en el país de un hogar.
Inicialmente comenzaron a trabajar en un orfanato que iba a cerrar, al que llegaban muchos menores con problemas de salud o en estado de desnutrición. Luego de trabajar en el lugar, consiguieron dar inicio a la fundación Babies Uganda, al que más tarde se unió María; “para mí son como mis hijos, de verdad, aunque a veces parezca muy difícil entenderlo”, comentó.
Actualmente, cuentan con orfanatos: Kikaya House y Babies Home. Además, ayudan con el financiamiento de la alimentación de 200 niños en la isla de Zinga e inauguraron un Centro Médico gratuito para toda la población, y han iniciado la construcción de una secundaria.
El orfanato principal, Kikaya House, alberga a 32 niños y niñas, y trabajan gracias a las donaciones de sus promotores y de la sociedad civil.
“Tengo la necesidad siempre de que todos y cada uno de ellos estén bien. Y que todos me vean como una figura de referencia y de amor y de escucha para ellos. (…) Yo sigo aprendiendo cada día. Llevo aquí tres años y sigo aprendiendo. Tenía 22 años cuando vine”, comentó.
Galán explicó que el orfanato se encuentra registrado y cuentan con el apoyo de personas de la localidad para gestionar la acogida de los menores, así como cualquier trámite. Además, tienen un equipo de aunties, que les ayudan en el cuidado de los niños.
La española dio a conocer que actualmente no reciben voluntariados internacionales, pues han preferido optar por contratar y pagar a personas de la localidad para generar empleos y que se cuide la estabilidad de los niños.
LP