Ex secretario general de la ONU pide el fin de violencia en Myanmar

Myanmar está inmersa en la violencia desde el golpe militar, que impidió que la Liga Nacional por la Democracia de Suu Kyi iniciara un segundo mandato.

Ban, que viajó a Bangkok desde Naipyidó el lunes por la noche, recalcó en sus conversaciones la necesidad de implementar un plan de paz | AP
BANGKOK /

El ex secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-moon pidió el martes el final de la violencia en Myanmar tras una inesperada reunión con los líderes militares del país del sureste asiático, que lleva dos años sumido en la violencia.

Ban se reunió el lunes en Naipyidó, la capital birmana, con el líder del gobierno militar, el general Min Aung Hlaing, y otros funcionarios de alto rango. Actuaba en nombre de un grupo de estatistas mayores que trabajan en iniciativas de paz y derechos humanos en todo el mundo.

Ban es vicepresidente del grupo, que se autodenomina como 'Los Ancianos'.

Las reuniones eran “exploratorias”, según indicó Ban en un comunicado del grupo publicado el martes.

Ban, que viajó a Bangkok desde Naipyidó el lunes por la noche, recalcó en sus conversaciones la necesidad de implementar un plan de paz de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático y Naciones Unidas para detener la violencia entre el ejército y las fuerzas de resistencia prodemocracia después de que el ejército derrocara en 2021 el gobierno liderado por Aung San Suu Kyi.

“Los estados miembros de ASEAN y la comunidad internacional en su conjunto deben mostrar unidad y resolución en su compromiso con la paz y la democracia en Myanmar, que es una fuente de importante preocupación internacional”, indicó Ban en el comunicado. “Con paciente determinación, creo que se puede encontrar una vía para salir de la crisis actual. El ejército debe dar los primeros pasos”.
El comunicado añadió que Ban “respaldó las peticiones de la comunidad internacional de que el ejército de Myanmar libere de inmediato a todos los prisioneros detenidos de forma arbitraria, (inicie) diálogo constructivo y máxima moderación de todas las partes”.

Suu Kyi, de 77 años, había pasado décadas bajo detención antes de regresar a la primera línea de la política. Tras el golpe militar de 2021 volvió a ser detenida y acusada de cargos ampliamente considerados como fabricados por el ejército para evitar que jugara un papel activo en la política. Sus juicios se celebraron a puerta cerrada y el ejército ha rechazado peticiones de funcionarios de Naciones Unidas, diplomáticos extranjeros y otras partes interesadas para verla.

Myanmar está inmersa en la violencia desde el golpe militar, que impidió que la Liga Nacional por la Democracia de Suu Kyi iniciara un segundo mandato.

El alzamiento militar encontró una gran oposición pública que las fuerzas de seguridad reprimieron con fuerza letal, lo que a su vez dio lugar a una resistencia armada generalizada.

El gobierno rechaza la presión para que negocie como una intrusión en la soberanía de Myanmar y en general describe a la mayoría de la oposición prodemocracia como terroristas.

La televisora estatal MRTV reportó el lunes por la noche que Ban y Min Aung Hlaing habían intercambiado impresiones sobre la situación en el país en una “conversación cordial, positiva y abierta”. No dio detalles sobre la reunión, a la que según dijo también habían asistido los ministros de Defensa y Exteriores


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