¡Corte de pelo gratis! 'El barbero de Central Park' es la nueva atracción en Nueva York

Tras la pandemia de covid-19, y al cierre de los comercios no esenciales, Herman James salió con su maleta y se instaló en el parque de la Gran Manzana.

El barbero de Central Park, la nueva atracción de Nueva York (AFP)
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Nueva York /

Tras el confinamiento en Nueva York por la pandemia de coronavirus, Herman James se creó una nueva identidad: "El barbero de Central Park", y tomando sus tijeras y una maleta se trasladó al parque de la Gran Manzana.

Un año después el negocio marcha viento en popa para este hombre de 33 años, el único peluquero del pulmón verde de Manhattan y una nueva atracción en el parque conocido por sus músicos, bailarines de hip hop y patinadores de música disco.

"Me encanta ser un pionero y tener un monopolio", dice James entre dos cortes en su nuevo negocio, una silla plegable bajo una pérgola cubierta de follaje cerca del memorial a John Lennon en Strawberry Fields.

Tras un trayecto de 45 minutos desde su hogar en Brooklyn, James abre su pequeña maleta con ruedas, saca las tijeras, la maquina de cortar pelo, un espejo y los cuelga en ganchos de la pérgola de madera con vista a un lago donde los neoyorquinos se pasean en bote.

El barbero de Central Park, la nueva atracción de Nueva York (AFP)

Comienza a trabajar colocando en el piso sus productos, tiende una capa sobre la silla y coloca un cartel con la leyenda "El barbero de Central Park": ¡cortes de pelo gratis!.

Tras la pandemia de covid-19, James comenzó a ofrecer cortes gratuitos de cabello y de barba en el parque desde mayo del año pasado, a raíz de las restricciones por la emergencia sanitaria que cerraron todos los comercios no esenciales.

Esperaba que los cortes dieran a los neoyorquinos una ayuda en tiempos difíciles y confiaba en que mostrarían su aprecio con donaciones, recibiendo entre 20 y 30 dólares, lo que usualmente cuesta un corte en una barbería, sin embargo le han llegado a pagar hasta 200 dólares por un corte. 

"Decidí tomar la iniciativa. Agarré mi silla, mis herramientas, y las coloqué a la vista. Simplemente me quedé ahí a ver cómo reaccionaba la gente. A los 10 minutos llegó un hombre y se sentó", dijo James al recordar su aventura.

James dijo que cuando la gente vio que se estaba cortado el cabello aquel hombre, eso atrajo a todo el mundo, después de que habían pasado 90 días de pandemia y que todos lo necesitaban urgente. 

La idea de James causó inicialmente cierta confusión con las autoridades del parque, ya que fue la primera vez que vieron algo así, sin haber permisos ni solicitudes, no había mucho que hacer con él. 

Clientes satisfechos

La demanda y la atención de la prensa local han tornado a James en una atracción permanente. Este peluquero que se inició en el oficio en 2010 hacía unos 20 o 25 cortes por día a comienzos de la pandemia. Hoy son entre 10 y 15.

"Es estupendo. Haría esto todo el tiempo si tuviera suficiente cabello", dijo Joel Linchitz, de 72 años, al recibir un corte el jueves pasado.

Los clientes pueden reservar ahora a través de la aplicación Schedulicity, pero hay mucha gente que pasa caminando o corriendo y decide cortarse el cabello o la barba en el instante. James corta también el cabello a mujeres siempre y cuando no quieran nada complicado "como capas", explica.

El barbero de Central Park, la nueva atracción de Nueva York (AFP)
"Estar afuera, en la naturaleza, y ver gente que pasa y saca fotos es una experiencia nueva que la gente disfruta. También es mucho más seguro. Es menos riesgoso que estar adentro, hay aire fresco que puede circular", dice.

Otra ventaja es no tener costos de operación elevados, para James "una verdadera bendición".

Las desventajas incluyen la lluvia: trabaja siete días a la semana si el tiempo lo permite, pero se queda en casa si hay pronóstico de lluvia, y no trabaja en el invierno.

Su silla no puede subirse ni bajarse, así que cuando corta el pelo a niños le duele la espalda, no puede enchufar un secador de cabello, pero asegura que el sol y la agradable brisa del parque hacen "un buen trabajo".

¿Qué hace con el cabello que corta? "Uno de mis clientes me dio un cepillo y una pala. Lo barro y lo tiro a la basura", indicó.

Las peluquerías abrieron en el verano boreal pasado pero James no tiene planes de instalarse en un local tradicional.

"La demanda aún está fuerte. Y soy el primero en la historia. No estoy interesado en pasar de esto a trabajar para otra persona", concluyó.

LG

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