Estados Unidos se solidarizó el lunes con el pueblo de Birmania luego que el gobierno restringió las manifestaciones y dijo que sus pedidos de reunirse con la depuesta líder civil Aung San Suu Kyi le fueron negados.
"Apoyamos al pueblo de Birmania y apoyamos su derecho a reunirse pacíficamente, inclusive para protestar pacíficamente en apoyo al gobierno electo dramáticamente", dijo el vocero del Departamento de Estado, Ned Price.
"Ciertamente estamos muy preocupados por los recientes anuncios de los militares de restringir las reuniones públicas", dijo a periodistas.
Los militares que depusieron a Aung San Suu Kyi prohibieron reuniones de más de cinco personas e impusieron un toque de queda nocturno en diversas áreas del país; inclusive Rangún, su mayor ciudad.
El nuevo jefe de la junta militar, Min Aung Hlaing, apareció en televisión por primera vez desde el golpe de la semana pasada, y prometió llamar a "elecciones libres y justas".
"Eso no es posible", dijo Price sobre esa promesa. "Hemos sido muy claros en donde estamos. Apoyamos a los representantes debidamente elegidos por el pueblo" de Birmania, afirmó.
Price señaló que Washington no ha podido hablar con Aung San Suu Kyi, la depuesta y arrestada líder y Premio Nobel de la Paz.
"Hicimos esfuerzos por comunicarnos con Aung San Suu Kyi. Lo hicimos formal e informalmente", añadió. "Esos pedidos", dijo, "fueron denegados".
También instó a China, histórico socio de los militares birmanos, a unirse a las grandes democracias que condenaron al golpe.
El presidente Joe Biden amenazó con imponer nuevas sanciones a Birmania a menos que el régimen militar ceda el poder.
JLMR