La policía detuvo el martes al hombre que intentó agredir al mandatario, Javier Milei, al arrojarle una botella mientras se trasladaba en un automóvil descapotable durante las actividades de asunción.
Gastón Ariel Mercanzini, de 51 años, fue arrestado por agentes de la policía de Buenos Aires en la calle e introducido en un automóvil de esa fuerza de seguridad, según mostraron las imágenes transmitidas por distintos medios de prensa. Varios patrulleros custodiaron su traslado a una comisaría.
El agresor fue interceptado en la puerta del canal Crónica HD, adonde acudió con la intención de que le hicieran una entrevista, pero ante un llamado al teléfono de urgencia 911 efectivos de la policía capitalina se presentaron en el lugar, reportó la agencia oficial de noticias Télam.
Mercanzini llegó a decirle a la producción del canal de noticias que su intención era pedir “perdón” por lo que había hecho y que ese día estaba alcoholizado, señaló esa misma agencia noticiosa.
El arresto fue confirmado por el ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Waldo Wolff, en la red social X, antes Twitter: “Agresor detenido... Ya está a disposición de la justicia”.
En el video de la agresión, puede verse que el objeto no alcanzó al vehículo presidencial, pero sí a un escolta, que resultó herido en el lado izquierdo del cuello.
Tras comprobar que ni el presidente ni su hermana habían resultado heridos, la caravana continuó sin detenerse hasta que, en un momento, Milei pidió parar para saludar a la gente que lo vitoreaba en la Avenida de Mayo y, por el amor que siente por los perros, para acariciar a un can que estaba también en la zona.
Según puede verse en las imágenes de las cámaras de seguridad del gobierno porteño, el hombre lanza el vidrio desde uno de los costados de la avenida por la que se desplaza el mandatario e, inmediatamente, sigue su rumbo con paso ágil pero tranquilo.
Más allá de este incidente que se conoció hoy, la jornada de este domingo, en la que asumió Milei como relevo del peronista Alberto Fernández, estuvo marcada por una gran calma y la ausencia de sucesos reseñables, más allá de una detención por robo en las inmediaciones de la Casa Rosada (sede del Gobierno).
SNGZ