La cifra de muertos tras una operación para la captura de narcotraficantes de un grupo criminal en un complejo de favelas en Río de Janeiro, Brasil, aumentó de 11 a 21.
La Penha, en la zona norte de Río, amaneció con el sonido de disparos, después de que agentes de la Policía Militar entraron al enorme complejo de favelas en busca de líderes del grupo criminal Comando Vermelho, uno de los más importantes de Brasil junto con el Primer Comando de la Capital (PCC).
El número de muertos en la favela Vila Cruzeiro se elevó de 12 a 21, según un nuevo balance de la Secretaría Estatal de Salud, que no divulgó la identidad de las víctimas.
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Más temprano, la Policía Militar (PM) de Rio había dicho que al menos 11 de los fallecidos eran "criminales" y que también murió una vecina de un barrio aledaño alcanzada por una bala perdida.
Posteriormente, fuentes hospitalarias elevaron el número de fallecidos, hasta 21, aunque algunos de ellos aún no han sido identificados.
Las víctimas fueron trasladadas a un hospital de la zona, hasta donde se desplazaron familiares para reconocer los cuerpos ya sin vida, según constató EFE.
El objetivo de la operación, según las autoridades, es intentar desarticular el Comando Vermelho, una facción "con una ideología de guerra" y que es "responsable por más del 80 por ciento de los enfrentamientos armados" del estado de Río de Janeiro.
"Tiene una política expansionista, una ideología de guerra, de enfrentamiento. No solo contra las fuerzas policiales, también contra otros grupos criminales", afirmó el portavoz de la Policía Militar, Ivan Blaz.
De acuerdo con Blaz, el Comando Vermelho ha comenzado a proteger a narcotraficantes de otros estados que "dan órdenes" desde Río de Janeiro "para cometer homicidios en otras regiones" del país y que supuestamente estarían escondidos en la Vila Cruzeiro, dentro del Complejo de la Penha.
Vila Cruzeiro fue una de las favelas de Río ocupadas a finales de 2010 por el Ejército brasileño en una gran operación para expulsar el narcotráfico, pero los grupos han ido paulatinamente recuperando el control de la región.
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Durante la operación, que contó con blindados, fue aprehendido un "arsenal de guerra" compuesto por pistolas, 10 granadas y al menos 13 fusiles procedentes de China y Europa del Este que llegaron a Brasil mediante el tráfico internacional de armas, además de vehículos y motocicletas.
"Son armas que pueden matar a personas a larga distancia", recalcó Blaz.
Así ocurrió con Gabriele Ferreira de Cunha, de 41 años y vecina de la zona, quien caminaba por la parte baja de la favela cuando fue alcanzada por una bala perdida.
"Fue la pérdida de una vida inocente. No vamos a tener un gran éxito en una operación mientras tengamos muertes de un inocente (...) Infelizmente es necesario que hagamos operaciones como esa", justificó el portavoz.
El operativo de hoy tiene lugar un año después de que una operación similar dejó 28 muertos en la favela de Jacarezinho, entre ellos 27 civiles sospechosos y 1 agente, en la que fue la acción policial más letal de la historia de Río.
Organizaciones de derechos humanos denunciaron que durante el operativo en Jacarezinho, calificado de "masacre, ocurrieron casos de ejecuciones extrajudiciales, abusos contra detenidos y destrucción de pruebas por parte de la policía.
En una primera reacción tras el tiroteo de hoy, Human Rights Watch (HRW) pidió una "inmediata y exhaustiva" investigación de los hechos y denunció que los habitantes de la barriada "pasaron horas aterrorizados".
"Río necesita con urgencia una nueva política de seguridad pública que no sea la bala", agregó HRW.