Paros sectoriales, bloqueos de carreteras y varios incidentes en protestas en Río de Janeiro y Sao Paulo marcaron la jornada de movilización contra la reforma de las jubilaciones en Brasil, a inicios de la Copa América 2019 que comenzó este viernes.
Reportes sindicales señalaron paralizaciones de trabajadores petroleros, bancarios y de correos de varios estados, así como de estudiantes y profesores movilizados contra los bloqueos de presupuestos a las universidades que el mes pasado dieron lugar a dos protestas masivas.
Según un balance de las centrales sindicales, 45 millones de trabajadores adhirieron a la huelga en 300 ciudades de casi todos los estados. El portal G1 informó que se registraron protestas en casi 200 ciudades de los 27 estados del país.
"La huelga está siendo exitosa, a pesar de las prácticas antisindicales de patrones y tribunales e incluso con la represión policial en varios estados", aseguró el presidente de la Central Única de los Trabajadores (CUT), Vagner Freitas, en una manifestación en el centro de Sao Paulo.
Las marchas, con banderolas que denunciaban las políticas del presidente Jair Bolsonaro, se realizaron por la tarde sin mayores incidentes, pero durante la dispersión estallaron enfrentamientos entre grupos de manifestantes y policías, que los dispersaron con gases lacrimónenos y bombas de estruendo.
En Sao Paulo, la policía detuvo a 14 personas, 10 de ellas "por incendios y daños" y otras cuatro por "depredar un minibús y amenazar al conductor", indicó la Secretaría de Seguridad Pública de ese estado.
En Rio de Janeiro se produjo un tumulto cuando la policía antimotines replicó con disparos de gases lacrimógenos a explosiones que se produjeron durante una marcha de miles de personas por la avenida Presidente Getulio Vargas.
Las consignas contra la reforma de las jubilaciones y los recortes de fondos universitarios se mezclaban con otras que pedían "¡Fuera Bolsonaro!", y referencias a las revelaciones de esta semana sobre una presunta colusión entre los fiscales y el entonces juez Sergio Moro, que condenó a la cárcel al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
"Estoy aquí contra ese paquete de la reforma de las jubilaciones y contra ese engaño judicial, mostrado por [el portal] The Intercept", dijo Nancy Lamenza, profesora de psicología de 50 años. "Bolsonaro fue votado con irregularidades, con 'fake news' y con la ayuda de Moro", agregó.
Paro parcial en el transporte
El paro de los transportes fue parcial en la mayoría de las principales ciudades del país.
En Sao Paulo, una línea de metro estuvo totalmente paralizada y tres operaron parcialmente. Solo dos líneas de gestión privada funcionaron normalmente, entre ellas la que lleva al estadio Murumbí, escenario del partido inaugural de la Copa América 2019, Brasil contra Bolivia, con la presencia anunciada de Bolsonaro en las tribunas.
Los autobuses municipales operaron con toda su flota, de acuerdo a la alcaldía, así como los trenes.
"O para todo, o no se para nada. Parar solo a la mitad es una payasada. Quienes salimos perjudicados somos nosotros, los trabajadores", dijo a Vanilda Souza Vieira, usuaria de transporte público.
En otras capitales estatales, como Salvador de Bahía, solo funcionó el metro, en tanto que en Brasilia, Porto Alegre o Recife se registraron paros parciales. En Belo Horizonte, el metro permaneció cerrado, reportaron medios locales.
Paulo Guedes contra el Congreso
La reforma de las jubilaciones es una promesa con la que Jair Bolsonaro ganó el apoyo de los mercados durante su campaña electoral. El ministro de Economía, Paulo Guedes, la define como la llave maestra para reducir el déficit público.
El proyecto inicial contemplaba un ahorro de casi 1.2 billones de reales en 10 años, más de 300 mil millones de dólares al cambio actual.
Pero las medidas para conseguirlo generan resistencias entre los legisladores, que deben aprobarlo por una mayoría de tres quintas partes en el plenario de ambas cámaras para que entre en vigor.
A fin de hacerlo más digerible, el relator del proyecto retiró algunos puntos, como el que preveía transformar el régimen actual de reparto en una jubilación por capitalización individual, donde el trabajador aporte a su retiro.
También excluyó medidas que afectaban las pensiones para ancianos indigentes y a los trabajadores rurales que gozan de beneficios aunque no hayan aportado.
El ahorro quedaría así reducido a unos 900 mil millones de reales. Una suma, según Guedes, insuficiente para recuperar la confianza de los inversores en un país amenazado por una nueva recesión después de la ocurrida en 2015 y 2016.
"Aprobar la reforma del relator, con un corte de 860 mil millones de reales, sería abortar la Nueva Previdencia", declaró el ministro. Los diputados, en ese caso, "demostrarían que no están comprometidos con las futuras generaciones", agregó.
La Bolsa de Sao Paulo, que operaba en positivo, cambió de orientación tras esas declaraciones y cerró con una baja de 0.74 por ciento.
dmr