Dos petroleros, que transportan crudo y residuos tóxicos, están varados en el mar Rojo en la línea de fuego entre las fuerzas navales occidentales y los milicianos hutíes de Yemen, a pesar de repetidos esfuerzos de la ONU por vaciar y trasladar los barcos para evitar un vertido.
Los buques, uno de los cuales lleva años varado, se encuentran cerca del puerto de Ras Issa, desde donde los hutíes (formalmente llamados Ansar Alláh), lanzan misiles contra los buques que atraviesan el mar Rojo y donde aterrizan misiles estadunidenses dirigidos contra los hutíes.
El año pasado, Naciones Unidas dirigió los esfuerzos para trasladar un millón de barriles de petróleo del petrolero en descomposición, el FSO Safer, a un nuevo petrolero, el MT Yemen, en una operación que costó 121 millones de dólares.
La ONU esperaba trasladar el FSO Safer, que aún contiene aguas residuales tóxicas y residuos oleosos, para su eliminación en otro lugar y vender el petróleo a bordo del MT Yemen.
Ninguno de los dos buques se ha movido desde agosto, ya que los hutíes y sus enemigos en el gobierno de Yemen, reconocido internacionalmente, no se ponían de acuerdo sobre quién debía recibir el dinero por el petróleo, según dijo a Reuters una fuente hutí que habló bajo condición de anonimato.
La fuente también señaló que no había un acuerdo para remolcar el barco.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) dijo que estaba en conversaciones "con todas las partes relevantes en Yemen" sobre la entrega del buque.
"(El PNUD) no ha recibido ninguna indicación de las autoridades de facto de Yemen sobre amenazas de dañar deliberadamente el buque", dijo un portavoz del programa, refiriéndose a los hutíes.
Una fuente del gobierno yemení reconocido internacionalmente, que también habló bajo condición de anonimato, dijo que creía que los hutíes se habían negado a entregar ninguno de los dos barcos y que los estaban utilizando para aumentar su poder de intermediación.
SNGZ