La policía canadiense emitió una nueva orden de arresto contra un sacerdote acusado de abusar sexualmente de un niño inuit en el extremo norte del país, hace varias décadas, antes de huir a Francia.
Johannes Rivoire, de 93 años, volvió a ser foco de atención esta semana cuando una delegación inuit en el Vaticano le pidió al papa Francisco que interviniera personalmente en el caso, que lleva casi 30 años sin resolverse.
Rivoire, sacerdote de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, pasó tres décadas en el extremo norte de Canadá, antes de regresar a Francia en 1993. Ahora vive en Lyon.
La policía canadiense había tratado de arrestarlo en la década de 1990 por al menos otros tres cargos de abuso sexual en las comunidades Nunavut de Arviat, Rankin Inlet y Naujaat. Según los medios canadienses, los cargos finalmente se suspendieron cuando los fiscales consideraron poco probable que Francia lo extraditara.
Natan Obed, presidente de los Inuit Tapiriit Kanatami, dijo en una conferencia de prensa el lunes que "planteó el legado de abuso sexual en la iglesia y le preguntó al Papa si intervendría directamente" en el caso Rivoire.
La delegación indígena inuit y metis de 32 miembros fue invitada a reunirse con el Papa por los recientes descubrimientos de más de mil 300 tumbas sin marcar en internados administrados por la Iglesia en Canadá, a las que asistían niños indígenas como parte de una política gubernamental de asimilación forzada.
Muchos de los niños fueron abusados física y sexualmente por directores y maestros, y se cree que miles murieron por enfermedad, desnutrición o negligencia.
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