En la región sur de Miami, Florida, se encuentra el “Ameyal Mexican Cultural Org” un centro que busca rescatar y proteger a los migrantes de ascendencia indígena. Además de las actividades de difusión, también generan comunidad y redes de apoyo con otros migrantes, brindan auxilio en caso de que su situación migratoria no sea regular.
Este lugar está ubicado en la “Pequeña Habana” una región con amplia presencia de latinos, pintoresca y con una tradición de años. A decir de Cecilia Ortega Cano, directora de la fundación, participan padres, hijos y hasta nietos de migrantes con orígenes indígenas.
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Las actividades, precisó, se centran en la integración y apropiación cultural por medio del canto, la música, el baile y el conocimiento histórico, que les permite no olvidar sus orígenes.
“Yo creo que es importante saber quién eres, de dónde vienes, para poder con orgullo caminar y poder mostrar eso hacia la gente y también para poder moverte y ver hacia donde quieres ir, tener esa base sólida para que nada te mueva y sientas ese amor tan grande que viene desde generaciones atrás”.
Este lugar recibe a migrantes de diversas partes de Sudamérica, por lo que para ellos resulta necesario saber qué comen, qué escuchan, qué les da historia e identidades, para poderse entender entre ellos y, a la vez, no dejar de lado su ascendencia ante el lujo de Miami y la vida moderna de Estados Unidos.
“En esta organización cultural mexicana lo que hacemos es atravesar de las artes el poder aprender juntos, por ejemplo, si yo vengo de Veracruz, mi compañera viene del Estado de México, el papá de mis hijas viene de Puebla, conocer nuestras comidas, bailes tradicionales. Entonces, por medio de eso te empoderas, porque te da una satisfacción el saber, la vestimenta, los trajes típicos, la cultura y a través de eso nosotros logramos tener una comunidad muy unida, muy bonita”.
En las paredes de este centro hay fotografías y altares religiosos con figuras originarias, pero también de corte católico; las cuales conviven junto con los instrumentos y vestimentas que son utilizados para la instrucción de la danza y música.
Francisco Seiao Marín, uno de los líderes danzantes, explicó que esta forma de expresión no solamente les da cultura, sino también identidad en un contexto donde lo indígena puede no ser bien visto o es ajeno.
“La danza es es una es una forma de lucha en movimiento hacia todos los elementos que nos rodean aquí en la ciudad. También es una forma de preservar nuestras enseñanzas, tradiciones costumbres, nuestra historia como gente que viene de México, que tiene esa tradición tan grande, también de educar a las nuevas generaciones, las que han crecido y nacido aquí en Estados Unidos”.
Crean redes de apoyo y apoyan situación migratoria
Uno de los objetivos de este centro es el de crear una red de apoyo para auxiliarse entre latinos por medio de la cultura, sin embargo, también ayudan a las personas que por alguna razón tengan su situación migratoria irregular.
“Nos enfocamos mucho en eso, de hecho tenemos una ventanilla de atención integral a pueblos originarios e indígenas de México en el exterior, todo lo que tiene que ver con las lenguas originarias, con las costumbres (…), es algo muy espiritual".
"Se vuelve una familia espiritual. Donde tú vienes, participas, rezas y puedes decir cómo te sientes, por qué estás aquí, por ejemplo, rezas por tus hijos, por tu familia, por la gente migrante que tal vez está cruzando la frontera y deseas que les vaya bien, que no les falte agua, que no les falte comida, la gente que llega y que por cualquier motivo vienen a este país”.
Lo que hacen por medio de esa ventanilla de atención integral a los pueblos originarios de México es identificar dónde están éstas personas, invitarlos a que participen en eventos, ya sean culturales o de información.
ROA