Por octavo sábado consecutivo, los chalecos amarillos se manifestaron en París y otras ciudades de Francia para dar un nuevo impulso al movimiento y desafiar al gobierno, que denunció un intento de "insurrección" y reclamó que regrese el orden
Se trata de la primera movilización de 2019, pese a las concesiones del Ejecutivo, que se prepara para debatir las reivindicaciones del movimiento a mediados de enero.
En París, unos mil manifestantes partieron de la avenida de los Campos Elíseos en dirección al ayuntamiento de la capital, antes de dirigirse hacia la Asamblea Nacional. A media tarde los manifestantes eran unos 4 mil, según una fuente policial.
"Vamos a manifestarnos aquí cada sábado, continuará en 2019", decía a través de un megáfono, Sophie, una de las figuras del movimiento.
En el cortejo se escuchaba "¡Macron dimisión!" y consignas contra la prensa.
A orillas del Sena, en dirección hacia la Asamblea Nacional desde el ayuntamiento, se registraron los primeros forcejeos con las fuerzas de seguridad.
Los manifestantes lanzaron piedras y botellas a la policía que respondió con gases lacrimógenos.Los chalecos amarillos también se movilizaron en Lyon, Grenoble, Rouen, Caen o Burdeos, uno de los puntos más calientes de las protestas.
En Rouen, uno de los manifestantes fue alcanzado en la cabeza por una de las armas de defensa no letales de la policía, y al menos dos manifestantes fueron detenidos.
En Burdeos, más de mil personas se congregaron al comenzar la tarde en la Plaza de la Bolsa, a orillas del río Garona. La policía desplegó en las cercanías camiones lanza-agua. Las últimas manifestaciones en esta ciudad terminaron con enfrentamientos.
AA