La jornada de diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana que se celebró en la República Dominicana culminó sin la firma del esperado acuerdo de paz y convivencia, algo que la delegación oficialista atribuyó a la presión de Washington sobre la oposición.
[OBJECT]El jefe de la delegación del gobierno, Jorge Rodríguez, acusó a su contraparte de la oposición, Julio Borges, de haber protagonizado "un acto bochornoso" al retractarse de la firma tras supuestamente haber sido presionado por el secretario de Estado estadunidense, Rex Tillerson, quien se encuentra de visita de Estado en Colombia.
"Hoy, en un acto bochornoso, una llamada telefónica proveniente de Bogotá, específicamente dirigida al señor jefe de la misión de la derecha venezolana, Julio Borges (...) recordemos que en estos momentos se encuentra en Bogotá el secretario de Estado de EU", denunció Rodríguez, tras confirmar que las negociaciones continuarán el miércoles ante la falta de acuerdo.
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"Eso pasará a la historia como un acto de profundo bochorno para aquellos o aquel que recibe instrucciones del extranjero o recibiendo instrucciones del procónsul imperial pues se niega a consignar y asignar a lo que vinimos, que fue la firma del acuerdo de convivencia democrática por Venezuela”, dijo Rodríguez.
En tanto, Borges subrayó que no firmó el acuerdo porque "no es digno del pueblo venezolano" y rechazó haber recibido presiones de Washington.
"Estamos aquí por el pueblo venezolano. Nosotros no recibimos órdenes ni de Estados Unidos ni de ningún otro país, solo del pueblo venezolano", replicó Borges, quien en el pasado fue presidente de la Asamblea Nacional (congreso).
[OBJECT]Horas antes, un sonriente Rodríguez había llegado a la sede de la cancillería dominicana destacando que “todos los detalles” estaban cerrados, pero Borges pocos minutos después desmintió esta versión.
El acuerdo que se está negociando tiene como meta superar la crisis política venezolana y firmar los términos en los que se celebrarán las elecciones presidenciales convocadas para antes del 30 de abril por la Asamblea Constituyente, un poder plenipotenciario controlado por el chavismo y que la oposición se niega a reconocer.
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Los dos puntos más espinosos habían sido la negativa opositora a reconocer la Constituyente y el rechazo del chavismo a acceder a la "garantías" electorales demandadas por la oposición, pero en ambos aspectos se habían logrado avances en las reuniones previas.
gcc