Una gran cantidad de personas, enumeradas en centenares, salieron el domingo a las calles en Chile para conmemorar 49 años del golpe de Estado de 1973 en que se impuso una dictadura en el país, en un homenaje a la figura de Salvador Allende a cargo del presidente Gabriel Boric y una jornada marcada, como casi siempre, por los hechos de violencia aislados.
Las calles de Chile amanecieron temprano llenas de decenas de personas que salieron a manifestarse y rememorar un día trágico para el país, con el recuerdo en la memoria de aquellos que no están, los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos y mensajes de garantía de no repetición, y nunca más, violación de los derechos humanos en el país.
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Recordamos a quienes "fueron desaparecidos sin que hasta hoy conozcamos su paradero, a quienes sufrieron persecuciones, humillaciones y exilios, a quienes en los largos años de la dictadura civil y militar cayeron víctimas de la represión", manifestó el presidente Boric en su primera conmemoración del golpe de Estado a cargo del gobierno.
El presidente chileno condenó los actos de violencia aislados que tuvieron lugar en torno a La Moneda, donde decenas de encapuchados se enfrentaron a la policía y llevaron a cabo intentos de saqueos.
También tuvo palabras especiales para la figura de Salvador Allende en un acto solemne celebrado en el Palacio de la Moneda, marcando una diferencia con gobiernos anteriores. Asimismo acudió a visitar la tumba del presidente en el Cementerio General, junto a la actual ministra de Defensa, Maya Fernández, una de las nietas del médico cirujano y destacado miembro del partido socialista de Chile.
"Frente a las divisiones, a los problemas de la sociedad, nosotros vamos a responder con más democracia y nunca con menos", esa es la enseñanza que nos dejó el presidente Allende, manifestó el mandatario, que atraviesa un momento difícil tras las elecciones del pasado 4 de septiembre y la contundente victoria del rechazo a un nuevo texto Constitucional por un 62 por ciento de los ciudadanos.
Se refirió a este hecho al señalar que es un error interpretar ese resultado como un rechazo a los cambios, afirmando que el rechazo fue únicamente al texto constitucional presentado. Boric resaltó que su gobierno sigue comprometido con los cambios que la sociedad chilena demanda en torno a reducir las desigualdades del país.
El recuerdo a Salvador Allende y el rechazo a la dictadura de Augusto Pinochet
Todos los partidos de izquierdas del país, con figuras políticas clave y miembros del gobierno, rindieron homenaje ante la estatua del Allende en uno de los costados del palacio de la Moneda, con carteles como "Septiembre se llama Allende", del partido socialista en el que militó, mientras que decenas de personas se acercaron a dejar flores, velas y coronas con fotos de desaparecidos en la entrada de Morandé, que usaba el socialista durante su tiempo en el palacio presidencial.
Conmemoramos una "fecha muy dolorosa para el país" y a la figura histórica de un presidente electo democráticamente que vio interrumpido su mandato por la violencia, señaló la diputada comunista Karol Cariola.
Allende fue "un hombre que luchó siempre por igualdad y justicia para su pueblo", e hizo todo lo posible para que Chile fuera un poco mejor, afirmó Patricia Delgado, una de las participantes en los homenajes.
Con gritos de "Compañero Salvador Allende, presente, ahora y siempre" y el tono del luto marcando el paso se desarrolló la romería tradicional al cementerio general, que transcurrió de manera pacífica en general pero donde también se produjeron incidentes al final, que llevaron al cierre de varias estaciones de metro.
Son decenas los actos de conmemoración de este día a lo largo del país, desde el museo de la Memoria donde se volvieron a emitir radialmente los hechos de la forma en que ocurrieron en 1973 durante el bombardeo a La Moneda, a la misma hora, hasta distintas vigilias y actos de memoria.
Los chilenos decidieron en un plebiscito el pasado 4 de septiembre rechazar el texto Constitucional propuesto por una convención de 154 constituyentes y mantener así la actual Constitución de 1980 que data de la dictadura de Augusto Pinochet, mientras el mundo político se coordina para dar cabida a un nuevo proceso constituyente que elabore un texto que genere los acuerdos de toda la ciudadanía.