China exigió el jueves a Canadá que libere a la ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, detenida en un caso que se suma a las tensiones tecnológicas con Estados Unidos y que amenaza con complicar las negociaciones comerciales entre ambos países
La directora financiera de Huawei enfrenta una posible extradición a Estados Unidos, según las autoridades canadienses. Estaría acusada de intentar evadir las restricciones de Estados Unidos al comercio con Irán.
Meng fue arrestada en Vancouver el sábado, el mismo día que los presidentes Donald Trump y Xi Jinping se reunieron en Argentina y anunciaron una tregua en la guerra comercial en que se enfrentan por la política tecnológica.
Las bolsas asiáticas cayeron tras conocerse la noticia por temor a nuevas tensiones entre las dos mayores economías del mundo, que ya amenazaron el crecimiento global. El índice de referencia de la Bolsa de Hong Kong, el Hang Seng, perdió un 2.5% y el DAX alemán retrocedió un 1.8% en las cotizaciones matinales.
Incluso, el índice Dow Jones de Industriales empezó su jornada bursátil con una caída de 1.68% en sus cotizaciones.
El gobierno chino dijo que Meng no violó ninguna ley estadounidense ni canadiense y exigió a Canadá que "corrija inmediatamente el error" y la deje en libertad.
China pidió a ambos países que "liberen de inmediato a la persona detenida" y expliquen el motivo de su arresto, informó Geng Shuang, vocero del Ministerio de Exteriores. La detención de Meng sin una explicación sobre los cargos en su contra violó sus derechos humanos, agregó.
El Ministerio de Comercio Chino afirmó que buscaban evitar alguna interrupción en los avances para poner fin a su guerra tecnológica con Estados Unidos.
Gao Feng, portavoz del ministerio, apuntó que China cumplirá de inmediato su parte del acuerdo y que confía en poder cerrar un pacto comercial en 90 días, el plazo concedido por Donald Trump para demorar la imposición de nuevos aranceles.
Huawei Technologies Ltd., el mayor proveedor mundial de equipos telefónicos, ha sido el centro de serias preocupaciones de seguridad en Estados Unidos. Incluso ha presionado a diversos países para que limiten el uso de su tecnología.
Considera que Huawei y los proveedores de tecnología chinos más pequeños son instrumentos de espionaje chino y son competidores comerciales que, según el gobierno de Trump, se benefician de subsidios y barreras comerciales indebidas.
El aumento de los aranceles a las importaciones chinas decretado este año por Trump parte de las quejas de que Beijing roba y presiona a las empresas extranjeras para que entreguen su tecnología a socios locales, pero las autoridades estadunidenses también están preocupadas por los planes del gigante asiático para un desarrollo industrial patrocinado por el Estado en que temen una amenaza para el liderazgo industrial estadunidense.
"Estados Unidos está reforzando la contención de China en todos los aspectos", apuntó Zhu Feng, experto en relaciones internacionales de la Universidad de Nanjing. Al atacar a Huawei, una de las firmas más exitosas del país, "provocará un sentimiento antiamericano en China", en que "El incidente podría convertirse en un punto de inflexión".
A los líderes de Estados Unidos también les preocupa que China emplee el crecimiento de sus empresas en el extranjero para conseguir una ventaja estratégica.
El mes pasado, Nueva Zelanda impidió que una empresa de telefonía móvil usara equipos Huawei, apuntando que suponía un "riesgo significativo para la seguridad de la red". En agosto, Australia vetó a la empresa para trabajar en la red de 5G del país por temores de seguridad.
El miércoles, el operador de telefonía británico BT, anunció que estaba retirando los equipos de Huawei del centro de sus redes de telefonía móvil.
DMR