Los puestos de control y las filas de autos policiales se alineaban el martes en una de las principales avenidas que llevan a la plaza de Tiananmen en Beijing, mientras China reforzaba la seguridad en el 35to aniversario de una sangrienta represión contra manifestaciones prodemocráticas.
La policía hongkonesa detuvo al menos a dos personas en la calle conforme los esfuerzos de evitar cualquier acto público de recuerdo se extendían más allá del territorio continental.
China lleva mucho tiempo borrando cualquier recuerdo de la represión, en la que el gobierno ordenó la intervención del ejército para poner fin a meses de protestas y mantener el régimen comunista. Se estima que 180 mil soldados y policías armados entraron con tanques y vehículos blindados y dispararon a la multitud que intentaba cortarles el paso mientras avanzaban hacia la protesta liderada por estudiantes en la plaza.
A día de hoy se desconoce la cifra de fallecidos. Se cree que cientos, si no miles, de personas murieron en la operación que comenzó la noche del 3 de junio y se prolongó hasta la mañana siguiente, el 4 de junio de 1989.
El suceso se convirtió en un punto de inflexión en la historia moderna de China en el que la crisis se resolvió a favor de la línea dura del Partido Comunista, partidaria del control frente a las reformas políticas.
La economía creció a marchas forzadas en las décadas posteriores, convirtiendo un país empobrecido en la segunda economía más grande del mundo. Sin embargo, los controles sobre la sociedad se han endurecido desde que el actual líder del partido, Xi Jinping, llegó al poder en 2012.
En el país, el incidente sigue siendo un tema sensible y tabú, muy censurado, y cualquier mención o referencia en redes sociales se elimina con rapidez.
La vida en la capital china transcurría con normalidad. Cientos de turistas hicieron fila el martes en las calles adyacentes para entrar a la plaza de Tiananmen y la Ciudad Prohibida, el antiguo palacio imperial situado al norte de la plaza. Normalmente se impide que quienes perdieron a familiares en la represión se reúnan o muestren su dolor en público. La salida de metro más cercana a la plaza estaba cerrada, al igual que un punto de observación sobre la Puerta de Tiananmen, según un sitio web de registro para visitantes.
“El gobierno chino hace tiempo que llegó a una conclusión clara sobre los disturbios políticos que ocurrieron a finales de la década de 1980”, señaló la vocera del Ministerio de Exteriores Mao Ning, sin ofrecer más detalles. Cuando se le preguntó sobre declaraciones occidentales por el aniversario, añadió que “nos oponemos firmemente a que cualquiera utilice esto como pretexto para atacar y difamar a China e interferir en los asuntos internos de China”.
Madres de Tiananmen, un grupo formado por familiares de las víctimas, pidió en internet al gobierno chino que publique los nombres y cifras de fallecidos, conceda compensaciones a las víctimas y sus familias y que los responsables rindan cuentas.
“La tragedia del 4 de junio es una tragedia histórica que el gobierno chino debe enfrentar y explicar a su pueblo, y algunas personas que estaban en el gobierno en esa época deben asumir responsabilidades legales por el asesinato indiscriminado de inocentes”, dijo el grupo en una carta firmada por 114 familiares y publicada en su sitio web, que está bloqueada en China.
También han desaparecido los homenajes a Tiananmen en Hong Kong, que durante años fue el único lugar de China donde podían celebrarse. El martes se celebró un carnaval organizado por grupos pro Beijing en un parque que durante décadas fue escenario de una vigilia anual para conmemorar el aniversario.
Había un fuerte despliegue policial, al día siguiente de que la policía detuviera brevemente a un artista en Causeway Bay, un bullicioso distrito comercial cerca del parque donde se celebraba la vigilia. La policía detuvo a un anciano que había sostenido dos carteles escritos a mano. Uno de los cuales decía “¡Recuerden el 89! ¡Lloren a los 64!”. Medios hongkoneses dijeron que la activista Alexandra Wong, conocida popularmente como “Abuela Wong”, también había sido detenida tras corear lemas.
“Es diferente al pasado”, dijo Keith Law, residente en Hong Kong. “Mucha gente parece actuar como si no pasara nada, yo incluido”.
Algunos residentes optaron por recordar el sangriento episodio en privado, por ejemplo corriendo 6,4 kilómetros el lunes — una referencia al 4 de junio — y compartiendo contenido relacionado con Tiananmen en las redes sociales. El consulado británico compartió una foto en la red social X que mostraba un celular con la linterna encendida bajo las letras “VIIV”, números romanos para 6/4.
Una librería independiente que mostraba la cifra “35/5” en su ventana —una referencia indirecta a la fecha de la represión como 35 de mayo— escribió en Instagram que había tenido policías ante el local durante una hora el domingo, que registraron los datos de sus clientes.
El jefe de gobierno de Hong Kong, John Lee, no respondió directamente cuando se le preguntó el martes si los residentes aún podrían rememorar en público la represión. Instó a los vecinos a no bajar la guardia ante cualquier intento de causar problemas.
“La amenaza para la seguridad nacional es real”, dijo Lee en una conferencia de prensa semanal. “Esas actividades pueden ocurrir de forma repentina, y diferentes personas pueden utilizar diferentes excusas para ocultar sus intenciones”.
Los actos de recuerdo se han multiplicado en el extranjero a medida que China silenciaba las voces en Hong Kong. Este año hay previstas vigilias en Washington DC, Londres, Brisbane y Taipéi, entre otras ciudades, y hay un número cada vez mayor de conferencias, concentraciones, exposiciones y obras de teatro sobre el tema.
JCM