Aunque la población de China considera que la pandemia del coronavirus está prácticamente controlada, la vacunación contra el covid-19 comienza con una producción limitada de dosis ya que varias se desvían al extranjero, por lo que a este ritmo, el gigante asiático está viendo cómo otros países desarrollados podrían alcanzar la inmunidad de rebaño y reabriendo así sus fronteras.
Según una encuesta de Ipsos, los chinos son los que más desean vacunarse, demostrándose eso en un 85 por ciento. Una cifra que supera a los estadunidenses, con un 71 por ciento, así como el 57 por ciento de los franceses y el 42 por ciento de los rusos. Pero de momento, los originarios de Asia parecen estar a la espera.
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"Estoy esperando primero para ver si hay efectos secundarios y además la pandemia está controlada en China y no pienso viajar al extranjero, así que no necesito una vacuna de inmediato", dijo Shirley Shi, una responsable de recursos humanos en Pekín.
La estrategia china es muy eficaz y da a la gente una sensación de seguridad. El sentido de urgencia que existe en Occidente, no está presente en ese país, subraya Mathieu Duchâtel, director del programa de Asia en el Instituto Montaigne de París.
China ya ha administrado más de 52 millones de dosis, lo que la sitúa en el segundo lugar del mundo, por detrás de Estados Unidos, aunque está muy atrás en cuanto a porcentaje de dosis por cada 100 habitantes.
Una situación que puede sorprender en un país conocido por su capacidad de movilización y que ya impuso estrictas medidas de confinamiento, control y cuarentena desde el año pasado.
La "gran preocupación" de los expertos chinos
El ritmo de vacunación es ahora una fuente de "gran preocupación", reconoció el lunes el especialista chino en enfermedades infecciosas Zhang Wenhong, ya que la revista médica The Lancet estimó un 60 a 70 por ciento para la inmunidad de rebaño, pero el director de la agencia de protección de la salud pública del país asiático, Gao Fu,lo fijo en un 70 a 80 por ciento el viernes.
China espera haber vacunado al 40 por ciento de sus mil 400 millones de habitantes para finales de junio, según el experto en enfermedades respiratorias Zhong Nanshan.
"Trabajo en una consulta dental, donde hay un mayor riesgo de contaminación. Llevamos cubrebocas, pero siempre es mejor tener anticuerpos", dijo Zhang Yutong, una joven que salía de un centro de vacunación en Pekín.
Diplomacia de la vacuna
La capacidad de producción está aumentando y las autoridades esperan alcanzar los 2 mil millones de dosis anuales a finales de 2021.
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"En la actualidad, sin embargo, en términos de capacidad, esto no es suficiente para satisfacer las necesidades de China tanto para su vacunación (...) como para su diplomacia de vacunas", afirma Yanzhong Huang, especialista en salud de la consultora estadounidense Council on Foreign Relations.
Millones de vacunas chinas van al extranjero, en forma de ventas o donaciones, para "ayudar a la comunidad internacional a superar la epidemia", dicen las autoridades.
El país también está creando "centros regionales de vacunación" para que las dosis fabricadas en China estén disponibles en el extranjero, y está lanzando una campaña para inyectar a sus ciudadanos en otras naciones, dijo hoy el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi, a la prensa.
LG