El reconocido actor y director de cine Jorge Perugorría, protagonista del filme Fresa y Chocolate, primero en abordar en la isla la relación de un homosexual y un joven comunista, pidió al gobierno “cambios en la política cultural” vigente.
Perugorría hizo el pronunciamiento en el Festival Internacional de Cine de Gibara (noreste del país), tras recibir este fin de semana el premio “Lucía de Honor”, en momentos en que cineastas cubanos esperan una segunda reunión con el gobierno, todavía sin fecha, para abordar el tema subrayado por él.
“Creo que es importante hacer una pequeña reflexión sobre las demandas del cine cubano; las demandas del cine cubano no es más que el sentir de la mayoría de los artistas cubanos. Necesitamos un cambio en la política cultural cubana”, afirmó el cineasta.
Perugorría forma parte del nutrido grupo de intelectuales cubanos que emplazaron públicamente a las autoridades del sector cultural a raíz de la censura y manejo público del documental La Habana de Fito, pronunciamiento que derivó en una primera reunión con el gobierno, presidida por la viceprimera ministra Inés María Chapman.
“Necesitamos un cambio que esté a la altura de los tiempos que estamos viviendo, que sea más inclusiva, que sume, no que reste; que haya espacio para todos. Creo que eso es necesario por el bien de la nación cubana”, puntualizó el actor en un cine desbordado de público que recibió con aplausos su posición.
El artista, igualmente se desmarcó de un comentario hecho antes por el popular actor Luis Alberto García, integrante del grupo de cineastas rebeldes e igualmente premiado en Gibara, para quién “el cine cubano será libre, o no será”, según proclamó también entre aplausos.
La censura no es nueva en Cuba, aseguran entendidos
En su respuesta a García, Perugorría consideró que “a los jóvenes hay que decirles, por poner solo dos ejemplos, que no les fue fácil a Titón y a Solas, que lucharon contra la censura”.
El intelectual se refirió en esos términos a la lucha librada por los directores Tomás Gutiérrez Alea (Titón), quien junto a Juan Carlos Tabío llevó a la gran pantalla el tema de la homosexualidad en la cinta Fresa y Chocolate, asunto tabú entonces en la isla; y a Humberto Solas, creador del festival de Gibara.
“Pese a las trabas por las que debieron pasar, ni Titón ni Solas colgaron los guantes o renunciaron a hacer cine cubano”, aseguró Perugorría, quien es además Presidente de Honor del festival de Gibara.
En este contexto, el sociólogo cubano Rafael Hernández enumeró el contenido político y socialmente crítico registrado en el país en los últimos 60 años en diversas manifestaciones del arte, así como los efectos del llamado Quinquenio Gris, especie de caza de brujas realizada por funcionarios del sector cultural contra obras que consideraron “contrarrevolucionarias”, y las sanciones a que fueron sometidos sus autores, muchos integrantes después de la diáspora cubana.
En un artículo titulado “Pulsear con la censura y otras claves culturales de la política”, publicado en el portal ONCUBA, Hernández hizo la siguiente recomendación:
“Si el Partido (Comunista) considera una práctica esencial para la arquitectura del consenso socialista mantener un diálogo con artistas e intelectuales, y prestar oído a sus opiniones, quizás fuera recomendable que ministros y secretarios del Partido no se perdieran una obra de teatro, una exposición de arte, un concierto de esos que se comentan en las redes más que en el Granma (diario oficial), una película polémica vista en un cine, donde las reacciones del público se palpan sin necesidad de intermediarios”.
SNGZ