Un trabajador de la construcción decidió vengarse de las autoridades que le encargaron la escultura de un acordeón gigante porque, según denuncia, no le pagaron por su labor; pero ya fue amenazado de acciones legales.
Ocurrió en La Guajira, Colombia, una región costera famosa por su música vallenata. Por esto, el alcalde Carlos Alberto Barros Mattos encargó un monumento al Acordeón más grande de Colombia, reportó la prensa local.
El hombre utilizó la misma herramienta con la que construyó el encargo para dañarlo, argumentando que no había recibido el dinero, a tan solo tres días de su inauguración.
El ayuntamiento presentó la obra terminada el 30 de diciembre, pero después el trabajador regresó molesto por su dinero y decidió tomar venganza por mano propia el 1 de enero.
"Toca así, manito, porque a veces las cosas no salen como ellos esperan. A veces creen que poner a trabajar a la gente es así, de juguete. Trabajé día y noche ¿Y dónde está la plata?", respondió el hombre al ser cuestionado por sus acciones.
Armado con una soldadora, el soldador, conocido como Kikol, pretendía abrir un hueco en uno de los costados del monumento.
"Yo les enseño cómo es conmigo. Y como lo armé lo desarmo, papi, porque lo armé yo. Si no pregúntele al señor Manuel (alcalde), quien dice que es puro amor y tal, pero yo se lo destruyo. Voy por él", sentenció.
En consecuencia, el ayuntamiento de La Guajira, llamada cuna del acordeón, adelantó que tomarán acciones legales contra el Kikol.
"El contratista trajo unos soldadores de Bucaramanga y, por la urgencia que teníamos, le tocó contratar cinco soldadores de Villanueva. Me dice el contratista que se le debían $450 mil y ese día le abonó $300 mil y el 2 de enero le daba el resto", explicó el ex alcalde al medio El Espectador.
Cabe mencionar que el monumento al acordeón forma parte de una obra conocida como Homenaje a la Cultura e Identidad Folklórica de Villanueva, y buscaba romper un récord Guiness por su tamaño.
SNGZ