El gobierno de Colombia reprochó a los países con los mayores mercados de consumo de drogas, como Estados Unidos, que han dejado la tarea del combate al tráfico de drogas a los países productores y no realizan nada para disminuir su demanda de estupefacientes.
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Laura Gil, viceministra de Asuntos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, dijo que “es evidente que los países donde están los mercados consumidores exigen sin poner de su parte. No han hecho suficiente en la prevención del uso de sustancias ilícitas”, durante su participación en la primera sesión del 66° periodo de sesiones de la Comisión de Narcóticos de la Organización de las Naciones Unidas.
En medio de una crisis internacional creciente por el tráfico de drogas, y por lo que Estados Unidos incluso ha incluido a las organizaciones criminales transnacionales en su lista de amenazas globales, elaborada por su Comunidad de Inteligencia, la funcionaria colombiana explicó que la producción de estupefacientes como la cocaína, mayormente proveniente de Colombia, está al alza.
“Hoy, la producción de cocaína está en su máximo auge y el informe mundial de las drogas de 2022 nos indica que aproximadamente 284 millones de personas en el mundo consumen algún tipo de sustancia de forma ilícita”, explicó Gil durante su intervención.
Y para muestra un botón. Un día antes de su participación, el domingo 12 de marzo, la Armada de Colombia interceptó una embarcación semisumergible con más de 2 mil 600 kilos de cocaína destinada a Centroamérica. Dos personas fueron encontradas muertas dentro del vehículo y dos sobrevivieron con daños en su salud por un derrame de combustible.
El cargamento, se calcula, podría haber representado cerca de 87 millones de dólares en ganancias para las organizaciones criminales.
Durante esta primera sesión de la Comisión, tanto la presidencia, directivos y representantes de los países miembros, destacaron que es necesario realizar un giro en las políticas para el combate al tráfico de drogas, con perspectiva de género, un enfoque en la no criminalización, en la aplicación de tratamientos no punitivos para delitos relacionados con posesión menor de drogas y el uso de la ciencia para combatir adicciones y prevenir enfermedades y sobredosis.
“Muchos otros países recurren a medidas como a ejecuciones extrajudiciales a mansalva, y en muchos otros países hubo décadas de guerra contra las drogas, muy punitivas, estrategias que han fracasado totalmente aumentando en el camino la cantidad y la calidad de sustancias producidas y consumidas”, explicó Volker Turk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Finalmente también se alertó que será necesaria la cooperación internacional y compartir información de inteligencia para interrumpir las operaciones de los cárteles, que además del tráfico de drogas, se han diversificado al tráfico de migrantes y de armas, lavado de dinero e incluso financiamiento del terrorismo a través de nuevas tecnologías como el uso de criptomonedas y la internet profunda.