El ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe, negó haber tenido relaciones con paramilitares así como su supuesto conocimiento anticipado de una masacre y el asesinato de un defensor de derechos humanos del cual se le investiga.
El ex mandatario del periodo 2002 y 2010 fue relacionado hace dos semanas por el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso con la muerte de al menos 15 campesinos en la localidad de El Aro en 1997, cuando era gobernador del departamento de Antioquia, en una nueva acusación que enreda al político más influyente de este siglo en Colombia.
Ambos crímenes fueron perpetrados por los escuadrones de ultraderecha que, bajo órdenes de Mancuso, combatieron a las guerrillas.
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"Yo nunca me reuní con paramilitares. Al único que conocí fue a (Salvatore) Mancuso (...) Nunca conversé con él. No pasó del saludo", se defendió el ex mandatario en una rueda de prensa luego de dar su testimonio a un fiscal.
Su defensa entregó a la fiscalía un documento que señala contradicciones entre la versión más reciente de Mancuso y sus testimonios pasados, además de varias cartas donde Uribe pidió investigar a paramilitares durante su periodo como gobernador.
Las pruebas "demuestran la total claridad y transparencia de la actuación del señor ex presidente", dijo a la AFP su abogado, Juan Felipe Amaya.
Uribe también enfrenta un proceso judicial por presuntamente haber presionado un testigo que lo vinculaba con paramilitares para que cambiara su versión.
aag