Con ornamento color rojo: así es el ritual funerario cuando muere un Papa

Cuando se declara oficialmente la muerte del Papa, todos se arrodillan y comienzan los responsos.

¿Cómo será el ritual de ceremonia tras muerte de Benedicto XVI? | Reuters
Ciudad de México /

El funeral del papa emérito Benedicto XVI se llevará a cabo el 5 de enero en la Plaza de San Pedro y será presidio por el papa Francisco, pero ¿cómo se llevará a cabo el ritual?

Las ceremonias y los rituales aún no están definidos, ya que Benedicto XVI no era el Papa en funciones, sino un obispo emérito de la ciudad de Roma, por lo que no aplicaría el protocolo establecido para la muerte de un pontífice.

No habrá misas, por ejemplo Pro Elegendo Pontífice a la que asiste el colegio cardenalicio y el cuerpo diplomático. No habrá cónclave, nadie mencionará la famosa frase, al cerrar las puertas de la capilla Sixtina para comenzar el cónclave: Extra omnes, cuyo significado es “bajo candado”, donde los que están dentro no pueden ir al exterior. Nada de esto ocurrirá.

Sin embargo, a continuación te presentamos cómo es el ritual funerario cuando muere un papa, de acuerdo a la organización religiosa, Liturgia Papal.

Cuando el Papa muere, el Prefecto de la Casa Pontificia debe dar a conocer noticia al Cardenal Camarlengo, al Sustituto de la Secretaría de Estado, al Maestro de las Celebraciones Litúrgicas del Santo Padre y a los prelados de la Cámara Apostólica.

La certificación de muerte del Papa la realizan los cuerpos médicos de la Santa Sede y una vez confirmada la muerte, se firma el documento de la defunción y comienzan los rituales específicos. En ese momento, al declararse oficialmente que "el Papa ha muerto", todos se arrodillan y comienzan los responsos. 

Contiguo inicia el turno de vela por parte de los canónigos penitenciarios. Se alumbran cuatro velas a los pies de la cama y se coloca un acetre -un recipiente pequeño en forma de balde- con agua bendita y el hisopo junto al lecho mortuorio para los responsos de los prelados visitantes. 

El cuerpo del Papa estando todavía en su lecho, hace su llegada el cardenal camarlengo, que viste con estola violeta y que es, durante la sede vacante, la más alta autoridad de la Iglesia católica. Él entra en la habitación escoltado por un destacamento de la Guardia Suiza con alabardas, símbolo de la nueva autoridad, para asegurarse oficialmente de la muerte del Pontífice.

Plaza de San Pedro después de la muerte del ex Papa Benedicto | Reuters

El actual camarlengo se acerca al cuerpo del Papa difunto y con un pequeño martillo de plata golpea la frente del pontífice por tres veces y pronuncia su nombre de pilavere papa mortuus est, “verdaderamente el papa ha muerto”.

Después se retira el anillo del dedo, comúnmente llamado “del pescador”, símbolo del poder pontificio. Ésta es la señal de que el reinado ha concluido. El anillo se rompejunto con el sello de plomo del Papa ante los cardenales. Esto se hace para evitar alguna falsificación de documentos papales.

Cuando el cadáver del Papa está revestido, se lleva al lugar del Palacio Apostólico designado por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas. Junto al cuerpo sin vida se coloca el cirio pascual y un recipiente con agua bendita. Al llegar, el Camarlengo, con hábito coral y estola roja, preside el rezo de un responso, que concluye con la aspersión del cadáver con agua bendita.

Absolutamente todas los aposentos de la Santa Sede con lacradas y cerradas, después, el camarlengo informa al cardenal Vicario de Roma que el Obispo de Roma ha muerto, este mismo hace saber a todos sobre la muerte del pontífice y se hacen sonar las campanas de Roma y de todas las iglesias del mundo. Inmediatamente se declaran nueve días de luto riguroso y se ofician en el mudo mil misas por el eterno descanso del papa fallecido. 

El cuerpo vuelve a ser vestido con los atributos papales que son; sotana blanca, alba blanca, estola, casulla de color rojo -el rojo es el color de luto papal- y mitra episcopal blanca. 

Es colocado en la capilla Sixtina, donde los miembros de la Santa Sede y los diplomáticos presentarán sus honores.

Al otro día, es trasladado a la Basílica de San Pedro, donde es puesto en un catafalco delante del altar de la confesión. Ahí se queda para que los fieles le rindan una última veneración. Más tarde se realiza la misa de exequias, presidida por el cardenal camarlengo y el decano del colegio cardenalicio. 

Todos con ornamento de color rojo. Y por ser jefe de un estado, suelen concurrir presidentes y reyes o reinas de todos los países con los que la Santa Sede posee relaciones diplomáticas.

Ese día, antes de la ceremonia, se coloca el cadáver del papa en un ataúd de ciprés en presencia del Camarlengo. Una vez colocado en el ataúd, el Camarlengo se dirige a los presentes con unas palabras, tras lo cual el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas lee el texto de una Rogitio, un documento en el que se narra la vida del pontífice. Cuando concluye la lectura, se canta un salmo. Después, el Camarlengo reza una oración.

Se entona el himnoLibera me, Domine, de morte aeterna (líbrame Señor de la muerte eterna).

En el libro “Las sandalias del pescador” de West se lee: “lo encerrarán en tres urnas selladas: una de ciprés, una de plomo para protegerlo de la humedad, y la última de roble, para que su apariencia fuese la de otros hombres que bajan a la tumba en una caja de madera”.

Triple ataúd

El ataúd de madera se pone dentro de otro de plomo y éste dentro de otro ataúd de madera de roble u olmo. Antes que el triple ataúd sea cerrado, un miembro de la casa pontificia leerá los hechos de más relevancia de su pontificado y depositará dentro del segundo ataúd, un tubo de metal que contiene un pergamino con su acta de defunción.

Murió Benedicto XVI | Apertura Home

También se colocarán los hechos más notorios de su pontificado, medallas y monedas acuñadas durante su ministerio pretino para después ser puestos en dicho lugar con un arnés, pues el peso de los tres ataúdes puede superar la media tonelada. 

Cuando el ataúd toca el piso, el cardenal camarlengo echa sobre el mismo una cucharada de tierra y dice: memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris… (Recuerda hombre que eres polvo y en polvo te convertirás). 

Lo mismo hacen los cardenales presentes, pero sin decir nada. Una vez concluido todo este ritual, se corre la lápida de granito que cierra la tumba y así concluyen los ritos fúnebres.

Cabe mencionar que este ritual es solo en caso de la muerte de un Papa que deja la sede vacante y todo esto será nuevo con la muerte de Benedicto XVI.

LG

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